Negociar en Tiempos de Crisis

Rehuir a una crisis es la peor manera de enfrentarla. Asumirla, interiorizarla, analizarla, y respetarla, en resumen, es la mejor manera de superarla. Respetar la crisis no significa amarla; no significa paralizarse en ella... Significa darle tiempo para revisar sus debilidades, y negociar, primero con uno mismo, el abandono de las zonas de confort en las cuales usualmente caemos y nos llevan hacia las crisis. Superar dichas debilidades será el primer paso para reconocer las ventajas de la situación generada por el bajón; será el camino hacia la creación de acciones que nos permitan aprovechar las oportunidades, reinventando el quehacer, la estrategia, o el camino (incluso). Las crisis implican, por tanto, negociar hacia lo interno (en la persona), dentro de la organización que nos de soporte (con los aliados), y fuera de ella (con los terceros cercanos), de modo de reconstruir relaciones, reiniciar comunicaciones, y apuntar hacia los compromisos, en lugar de pensar en las alternativas. Negociar siempre será la mejor manera de confrontar y desaparecer, superar y aprovechar una crisis. Éxitos y ánimo: malos ratos siempre existirán; está en nosotros acortarlos en cantidad, duración y profundidad, vía una siempre atenta y respetuosa mediación, diálogo y negociación.