Negocio y Empresa: Parte II - El Motivo Empresarial
¿Qué haría usted con mil millones de dólares?
Por favor, considere esa cantidad:
$1,000’000,000.00 U.S.D.
Es suficiente dinero para que cualquiera compre la casa de sus sueños varias veces, todos los autos de lujo que quiera y se dedique a viajar y gozar de la vida con familia y amigos el resto de su vida, dejando asegurada una vida cómoda para sus hijos y, tal vez, hasta sus nietos.
La gran mayoría de los mexicanos no ganará más de un millón de dólares en toda su vida laboral. Un millón de dólares es aproximadamente equivalente a ganar 60 mil pesos mensuales durante 25 años. Viéndose con mil millones de dólares, la gran mayoría probablemente aprovecharía la oportunidad para retirarse inmediata y permanentemente.
Esto es simplemente porque la mayoría de las personas trabaja para ganar el dinero que necesita para educar a sus hijos, pagar las cuentas, cubrir los gastos familiares, vivir cómodamente, viajar en familia y, posiblemente, hacer algunas donaciones a ciertas instituciones de caridad. Para hacer esto no se necesitan cientos de millones de dólares. Se necesita mucho dinero, pero no tanto.
Todas estas motivaciones, naturales y respetables, son lo que está detrás del deseo de la mayoría de la gente de ganar dinero. Impulsa a muchos a abrir negocios familiares y PyMEs de todo tipo y guía la forma en que dirigen y administran esos negocios.
Una vez satisfechas esas necesidades y cumplidos esos deseos, los motivos para ganar más dinero generalmente serían pocos. Después de todo, una persona solamente puede comer cierta cantidad de comida cada día, por cara que sea, solo puede viajar a un lugar a la vez y solo puede mandar a sus hijos a una escuela cada día. Por eso, reunir 10 o 20 millones de dólares sería, para la mayoría, mucho más que suficiente.
Pero cuando pasamos de hablar de decenas a cientos de millones de dólares, hablamos de más dinero del que la mayoría de la gente podría gastar en lo que le queda de vida.
Hay unas dos mil personas en el mundo cuyas propiedades valen más de mil millones de dólares. Sin embargo, la gran mayoría de ellos, no se ha retirado ni se dedica a viajar y gastar el dinero. Trabajan duro todos los días dirigiendo empresas con misiones aun más ambiciosas que las que dirigieron exitosamente antes de convertirse en “billonarios”.
¿Qué motiva a alguien a trabajar duro todos los días dirigiendo una empresa compleja cuando ya hace mucho que ha asegurado su futuro financiero?
Si a diferencia de la mayoría, a usted se le ocurre que, si tuviera mil millones de dólares podría invertirlos y, en poco tiempo, fundar una exitosa empresa aeroespacial en México, construir una flota de cruceros super-eficientes impulsados por energía solar o desarrollar un biocombustible económico a base de basura, entonces usted es parte de esa pequeña minoría de las personas que, teniendo mil millones de dólares, probablemente seguiría trabajando, posiblemente incluso más intensamente, procurando invertir ese dinero para crear algo increíble o resolver algún problema apremiante. Y, de lograrlo, probablemente lograría una fortuna aun mayor.
Si a usted se le ocurre que mil millones de dólares es justamente la cantidad que le permitiría realizar alguna idea que podría cambiar al mundo, entonces usted entiende la motivación de quienes dirigen grandes empresas a pesar de que, fácilmente, podrían haberse retirado hace mucho tiempo. Evidentemente, no es el dinero.
Al cuestionar a muchos de ellos, la respuesta se vuelve clara. La mayoría de ellos creen que lo que hacen o pueden hacer cambiará radicalmente la vida de millones de personas en todo el mundo de forma positiva.
Eso es lo que los motiva: Crear cosas que cambien el mundo. Crear tecnología, productos o servicios que le den a las personas posibilidades y opciones que nunca antes tuvieron, que resuelven problemas crónicos o que proveen nuevas y mejores formas de hacer las cosas.
Ese deseo no se satisface por lograr una cierta cantidad de millones de dólares en ganancias. Al contrario; lograr ganancias importantes motiva a estas personas a ponerse metas aun más ambiciosas y les permite financiar esfuerzos dirigidos a lograr objetivos aun más difíciles.
Es por esto que el primer falso paradigma que debemos descartar es este:
“La motivación del empresario es la ganancia.” = ¡FALSO!
Esto sería equivalente a pensar que la motivación de vivir es absorber oxígeno, o producir sangre. Por supuesto que toda persona debe respirar y necesita sangre para vivir, de la misma forma que una empresa necesita ganar dinero para operar. Pero, de la misma forma que vivir la vida tiene objetivos más trascendentes que producir sangre, hacer empresa tiene objetivos más allá de ganar dinero.
Un empresario no piensa en cuánto puede ganar, sino en cómo cambiar al mundo.
El dinero, entonces, no es la motivación del empresario, sino solamente uno de los recursos que necesita para lograr sus metas.
Pensemos en una empresa como una gran fogata. El objetivo de la fogata es cocinar una comida y disfrutar una noche estrellada. Como resultado de prender la fogata, se quema madera y se producen cenizas. Pero la fogata no se prende por quemar madera y crear cenizas. De la misma forma, cuando un negocio logra cambiar la vida de las personas, se producen ganancias. La satisfacción que genera para otras personas lo que creamos es el motivo de emprender. Las ganancias son el residuo de darle a otros algo que vale más de lo que cuesta.
Mejorar nuestra comprensión de los motivos del empresario nos lleva a concebir y entender de una forma nueva lo que es hacer empresa y aclara una parte de la diferencia entre hacer negocio y hacer empresa.
Quien se enfoque en ganar dinero podrá lograr ciertas ganancias, pero nunca logrará las ganancias billonarias de quienes, irónicamente, no están motivados principalmente por el dinero.
Nuestro país necesita hoy urgentemente gente que busque no solamente producir las ganancias necesarias para darse la vida cómoda que siempre ha deseado, sino empresarios que busquen cambiar al mundo y que, en el proceso, creen negocios que puedan realmente convertirse en grandes empresas.
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