Niños sin control, ¿adultos delincuentes?
En criminología, el postulado de la teoría del control pone énfasis en los niños/ adolescentes y sus momentos de ocio y esparcimiento, consideran que estos momentos deben ser estructurados, es decir que deben ser controlados y supervisados positivamente, esta función recae en las dos instituciones primarias encargadas de estructurar estos momentos: la familia y la escuela. Su contrapartida son los momentos de ocio no estructurados, aquellos que poseen todos los niños o adolescentes que no tienen ningún tipo de control y supervisión positiva, estos niños están a la deriva, sin control, sin pautas, sin esquemas que organicen su día a día y con muchísimo tiempo de ocio no estructurado. En muchos casos ese tiempo será compartido con niños que se encuentran en su misma situación, en ellos encontrará un grupo de pertenencia en el que se sentirá contenido y aceptado. Por otra parte, la falta de limitaciones y contención empezará a generar en el niño desde muy temprana edad el desconocimiento de la existencia de escalafones, de órdenes jerárquicos, de estructuras y por ende de todo tipo de autoridad y limitación.
Para quienes adhieren a esta teoría esta es la génesis del futuro comportamiento desviado y delictual.
Ante esta situación consideran que es función del estado, buscar la manera y la forma de integrar a estos jóvenes y no marginarlos aún más, esto podrá hacerse a través del deporte, la música, la informática etc… Una vez integrados, el control positivo es mucho más sencillo y deberá procurarse estructurar rápidamente sus vidas con contenido positivo como el orden, la disciplina, las pautas, la existencia de normas, jerarquías y un proyecto de vida.