Ni me toques
Ni besos, ni abrazos, ni achuchones. Ni tampoco el preceptivo apretón de manos. El Covid los ha puesto en cuarentena, quién sabe si indefinida. Y nadie le ha tosido. Los manuales de urbanidad tratan de pasar desapercibidos entre novelas y ensayos para no acabar en la hoguera. O en el container de la esquina. Los nuevos gurús de la cortesía auguran tiempos "nipones", nulo contacto físico y sólo leves inclinaciones de cabeza como muestra de respeto.
Pero si el virus ha puesto patas arriba las fórmulas habituales de bienvenida, los profesionales del Retail, y en general todos aquellos que intercatúen presencialmente con Clientes, deberán poner en marcha una estrategia de comunicación - verbal y no verbal - alternativa que compense el destierro del clásico apretón de manos y las limitaciones impuestas por el ocultamiento facial al que obliga el distanciamiento social a causa de la pandemia.
Una estrategia para crear un primer lazo de confianza, y que, en mi modesta opinión, tiene que pasar necesariamente por:
- Revisar el vocabulario del mensaje de bienvenida, sobre todo teniendo en cuenta que la sonrisa brillará por su ausencia.
- Entrenar la vocalización y la entonación del mensaje para que nuestras palabras - a pesar del cubre-bocas - lleguen con la mayor nitidez y calidez a nuestro interlocutor.
- Verificar nuestra postura, gestualidad, y la intensidad de nuestro contacto visual, para asegurarnos que transmite adecuadamente las señales de bienvenida y de amabilidad que requiere un contacto profesional.
Únicamente de este modo, adaptándonos a este nuevo escenario "low-contact", podremos garantizar que la experiencia del Cliente mantenga los estándares alcanzados en la etapa pre-Covid.
Naturalemente, puesto que somos seres sociales, es posible que algunos - sobre todo los más extravertidos - nos sintamos inicialmente incómodos al tener que introducir cambios restrictivos en esta manera tan contenida de aproximarse a los prospectos, pero no hay motivo para preocuparse: estoy convencido de que será una sensación pasajera que se verá compensada con creces por la buena acogida por parte de nuestros interlocutores, personas que agradecerán que respetemos su "espacio personal" y prioricemos su seguridad por encima de todo.
¡Feliz semana!