Ni virólogos, ni epidemiólogos, analistas

Ya sucedió en el año 2008, cuando las lecciones de economía nos hicieron acercarnos a: la prima de riesgo, las hipotecas subprime, la austeridad, los hombres de negro… La pandemia de la COVID-19 nos ha hecho acercarnos de manera acelerada al mundo de la medicina, pero lejos de convertimos en virólogos o epidemiólogos ( que aún nos quedan años de carrera) lo que hemos aprendido es la importancia de los datos.

La toma de decisiones basada en datos es una herramienta implantada a nivel empresarial; que surgió originalmente en la década de 1960 y que ha ido evolucionando exponencialmente con la tecnología; conocida como inteligencia de negocio, fundamentada en el análisis del histórico de datos hasta los capturados en tiempo de real con el objetivo de analizar y convertir esos datos en información y conocimiento. La captura de datos abarcan tanto información interna de la empresa como: caracterización de los clientes, volumen de ventas, costos, de fabricación, marketing, distribución, personal, servicios, tiempo de producción, etc.; y externos como: competencia, legislación, mercado, coyuntura, tendencias etc.

Tener el histórico de las series de datos a analizar son herramientas que aportan una visión muy valiosa en el análisis predictivo, posibles comportamientos, pero otra clave que hemos aprendido es la necesidad vital de tener datos los últimos datos, las decisiones puede cambiar de forma drástica en función de la última actualización.

Los datos, la información son un intangible en la empresa de un valor tal que puede suponer por ejemplo el cierre o multiplicar por 1.000 los beneficios. Por lo tanto los datos tienen que ser veraces, auténticos e íntegros; pertinentes y de acceso controlado, como en tantas otras cosas, la calidad frente a la cantidad.

Las decisiones, aún a riesgo de error, son más fáciles de tomar utilizando los datos, el conocimiento disponible, será la mejor decisión posible, lo contrario es temerario. La cultura de los datos, presente ya en todo tipo de organizaciones, administraciones y empresas, es la que debe afianzarse en todas las capas de la sociedad, con el objetivo de tomar decisiones más conscientes, más eficaces y mejores.

La importancia de los datos no reside en los mismos , sino en el uso que de su interpretación les dan las personas.