¡Nosotros!
Nuestro país vive un momento muy difícil, hemos visto elecciones divisivas y una sociedad dividida, el extremismo está llegando a la política, impulsado por la ansiedad y la incertidumbre. Frente a ello, ¿qué nos corresponde hacer? Los seres humanos hemos pasado casi toda nuestra historia evolutiva en pequeños grupos, practicando el altruismo y creando bienes espirituales como el amor, la confianza, la amistad y la lealtad; cada vez que nos percatamos que lo individual está por encima de lo colectivo, nos sentimos indefensos y solos; si nos preocupa nuestro futuro, debemos fortalecer la concepción del “nosotros” en vez del “yo” o el “tú”; podríamos abordar el tema desde una óptica tridimensional: el nosotros de la relación, el nosotros de la identidad y el nosotros de la responsabilidad.
El nosotros de la relación puede estar referido a nuestras relaciones de pareja, familiares o amicales; hay relaciones que duran toda la vida y otras un tiempo muy corto, el secreto quizás esté en buscar a una persona totalmente diferente a uno mismo; el problema radica en que buscamos personas afines a nosotros en nuestras relaciones, con las mismas opiniones, los mismos prejuicios, eso ha hecho que nos volvamos más extremos; debemos ser capaces de interrelacionarnos con aquellas personas que no son como nosotros, solo así podremos darnos cuenta de que podemos estar en desacuerdo y seguir siendo pareja, familia o amigos; en esa interrelación descubriremos que aquellos a quienes no les agradamos, son tan personas como nosotros; tenemos que acercarnos a quien no es como uno, de clase diferente, de color diferente, de credo diferente, etc., así iremos salvando las distancias que nos separan.
El nosotros de la identidad es un tanto más complejo, somos una nación de muchas razas, de muchas culturas; es muy difícil consolidar nuestra identidad, las historias contadas en la escuela no ayudan en ese propósito, seguimos culpando a los ibéricos y a los vecinos por nuestras desgracias; es necesario aprender quiénes somos y luego enseñárselo a las nuevas generaciones, de esta manera tendremos una identidad fuerte y no nos sentiremos amenazados por nadie. En la familia, en la escuela y en todo ámbito debemos reflexionar acerca de nuestra historia, quiénes somos, de dónde venimos, cuáles son nuestros ideales, es decir, a dónde vamos; de esta manera vamos a ser capaces de compartir la historia, las aspiraciones y los sueños.
El nosotros de la responsabilidad invita al análisis de los últimos sucesos, hemos escuchado voces que repiten “nosotros, el pueblo”, “nosotros, los peruanos”; esto nos demuestra que tenemos una responsabilidad colectiva y un futuro colectivo; así es y así debe ser. Lo expresado no significa que un pensamiento y sentimiento maravillosos se han apoderado de nuestra política, la regla democrática indica que un líder fuerte se encargará de resolver nuestros problemas, lo cual parece maravilloso. Junto con ello, lamentablemente, tenemos a los extremos, tanto en la política como en la religión: extrema derecha soñando con las épocas de bonanza que nunca fueron, la extrema izquierda soñando con utopías que nunca serán, religiosos y antirreligiosos convencidos de que todo lo que se necesita es Dios o la ausencia de Dios para poder salvarnos nosotros mismos, algo maravilloso también, porque seremos nosotros mismos quienes nos vamos a salvar, obviamente todos juntos. Cualquier nación será fuerte cuando se preocupe por los débiles, será rica cuando se preocupe por los pobres y será invulnerable cuando se preocupe por los vulnerables; ese es el secreto de la grandeza de las naciones.
¿Quieres cambiar tu vida y comenzar a cambiar el mundo? Sustituye el “yo” por el “otro”, reemplacemos la autoestima por estimar a otros, la autoayuda por ayudar a otros. Solo juntos podremos afrontar cualquier futuro, sin miedo, sabiendo que no estamos solos.