Nuestra historia argentina

𝗢𝗡𝗚𝗔𝗠𝗜𝗥𝗔 es una obra coreográfica y narrativa del cuerpo basada en los hechos reales de los 𝗖𝗼𝗺𝗲𝗰𝗵𝗶𝗻𝗴𝗼𝗻𝗲𝘀, pobladores de la provincia de Córdoba, y su despedida de la vida cuando se arrojaron desde la cima del cerro 𝗖𝗼𝗹𝗰𝗵𝗲𝗾𝘂𝗶́𝗻. Esas familias eligieron no entregar su sabiduría ni sus cuerpos a las manos de la barbarie de una conquista española. El valle de Ongamira respira distinto. ¿𝗦𝗲𝗿𝗮́𝗻 𝘀𝘂𝘀 𝗲𝘀𝗽𝗶́𝗿𝗶𝘁𝘂𝘀? ¿Será el enigma de lo que nos sucede cuando llegamos al valle de la luna?

𝗘𝗹 𝗰𝘂𝗲𝗿𝗽𝗼 en sus dominios parasitados; el 𝗰𝘂𝗲𝗿𝗽𝗼 minúsculo, retraído, encogido, ensimismado, atrapado, enajenado; las manos y la importancia del gesto en cada uno de los dedos; el tacto, la piel, el contacto; los orígenes, las cuatro paredes; el nido y el entorno donde vivimos. El pasado, los ancestros, el presente y 𝗹𝗮 𝗺𝘂𝗲𝗿𝘁𝗲 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲 𝗽𝗿𝗲𝘀𝗲𝗻𝘁𝗲. Ongamira posee fuerza propia, una corriente energética que te retiene o te suelta. Nadie pasa por su naturaleza de manera indiferente. Sin darnos cuenta esa tierra nos muestra si estamos o no preparadas y listos para 𝗮𝗳𝗿𝗼𝗻𝘁𝗮𝗿 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲𝗮 𝗻𝗼𝘀 𝘀𝘂𝗰𝗲𝗱𝗮.

Socialmente rotulamos, etiquetamos, precisamos poner títulos y juicios de valor a las cosas y a las personas. El corazón de Ongamira reúne muchas historias reales. 𝗘𝗻 𝗹𝗮 𝗼𝗯𝗿𝗮 𝗲𝘅𝗽𝘂𝘀𝗲 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗮 𝗹𝗮 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮 que sucedió en aquella cima, a través del cuerpo y de los movimientos coreográficos, y lo que viví en el período en que iba creando la narrativa danzada. Vivimos, sufrimos, hacemos carne nuestro andar. 𝗡𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮𝘀 𝘃𝗶𝘃𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮𝘀 se nos parecen porque están cargadas de las imágenes de un mundo que hemos creado con la conciencia plena de la destrucción y asimismo del nacimiento y de la regeneración que podrían llevar adelante las nuevas generaciones.

Esta creación artística es un homenaje al espíritu, humano, animal, mineral, biológico, al misterio de aquello que no vemos y que los vientos hacen tangible en el instante en que llegamos a la vida y el llanto que prorrumpimos es un alarido existencial que nos ubica en un lugar donde estar, en una familia donde crecer. 𝗨𝗻 𝗹𝘂𝗴𝗮𝗿 𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗹𝘂𝗻𝗮 será la madre de todos los tiempos 𝘆 𝗲𝗹 𝘀𝗼𝗹 la energía del padre que nos inspira las fuerzas en el inicio del día. 𝗟𝗮 𝘁𝗶𝗲𝗿𝗿𝗮 𝗲𝘀 𝘂𝗻 𝗰𝘂𝗲𝗿𝗽𝗼 𝘆 𝗲𝗹 𝗰𝘂𝗲𝗿𝗽𝗼 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼 𝗶𝗻𝘀𝘁𝗿𝘂𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗺𝗮𝗻𝗶𝗳𝗲𝘀𝘁𝗮𝗿 𝗲𝗹 𝗮𝗹𝗺𝗮" Karina Roldán

Fotografia: Karina Roldán

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Ongamira