Objetivos aterrizados para que no se los lleve el viento
El inicio de un nuevo ciclo inevitablemente nos lleva a pensar en energías renovadas y en nuevos proyectos. Si bien esto puede ocurrir con diversos cambios de ciclo como los cumpleaños, el nacimiento de un hijo o el inicio en un trabajo nuevo, solemos asociar el planteamiento de metas con el inicio de un nuevo año en el calendario.
En ciencias del comportamiento se habla del efecto de los nuevos comienzos, que básicamente es la idea de que un cambio de ciclo nos impulsa a perseguir nuestros objetivos, lo cual ha probado ser efectivo para (por ejemplo) incrementar el ahorro. Si bien la motivación es clave para lograr objetivos, no es suficiente. Aunque todos podamos conocer a personas que, por ejemplo, un día decidieron dejar de fumar y lo lograron, la mayoría de los seres humanos tenemos una fuerza de voluntad que es variable y que puede flaquear. Luego entonces, querer no es poder y el éxito no es cosa de "echarle ganas".
Una idea central de las ciencias del comportamiento es que el contexto en que tomamos decisiones importa, e importa mucho más de lo que nos damos cuenta. Hablando de lograr propósitos, vale la pena:
Algo muy común es que las personas empecemos con toda la actitud para cumplir nuestros propósitos durante los primeros días del año, y que poco a poco los abandonemos. Por ejemplo, los gimnasios están llenos durante las primeras semanas de enero y poco a poco se van vaciando hasta que quedan las mismas personas de siempre. ¿Cómo podemos explicar esto desde la investigación sobre el comportamiento?
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Si bien las motivaciones y objetivos son tan diversos como personas hay en el mundo, las ciencias del comportamiento nos pueden orientar para impulsar el logro de metas. Por un lado, es importante saber que no hay fórmulas mágicas, que el análisis del contexto, de las motivaciones y de los recursos con los que contamos se integra en el diagnóstico que permitirá generar un plan de acción que haga más probable que consigamos nuestros propósitos.
Por otro lado, otra enseñanza central de las ciencias del comportamiento es que a veces lo que funciona es contraintuitivo. Es decir, si bien en teoría podríamos pensar que un cambio grande en nuestro estilo de vida nos llevará a cumplir nuestros propósitos, con mucha frecuencia son los cambios pequeños, esos que hacemos día a día (#soloporhoy) de manera sostenible, los que nos conducen a lograr esas metas de largo aliento.