Objetivos niños felices. Colaboración con PadresTodoterreno.com
¿Qué es lo que esperamos conseguir como padres para nuestros hijos?,la mayoría lo tienen claro: ser felices. Silvia Álava, psicóloga y autora de los libros “Queremos niños felices” y “Queremos que crezcan felices” ha recogido las diferentes etapas de nuestros hijos desde el embarazo hasta los 12 años y ofrece unas pequeñas pautas para conseguir nuestro objetivo sin dramas y sobre todo sin “desgaste emocional”.
Los primeros años de los niños son fundamentales, el cerebro está desarrollando conexiones neuronales que serán vitales a lo largo de la vida, por eso tenemos que entender que determinadas situaciones son completamente normales y actuar como tal “a los dos años evolutivamente hablando es la edad típica de las rabietas. Los niños empiezan a darse cuenta de que son personitas y es una forma de demostrarlo. Es completamente normal”. Para ello los padres deben activar dosis de paciencia y no prestarle atención en esta circunstancia. El niño se dará cuenta que es un comportamiento negativo que no se refuerza de ninguna manera.
La sociedad actual se caracteriza por el estrés. El trabajo, la poca o nula conciliación…. hace que no pasemos el tiempo que nos gustaría con nuestros niños y nace el sentimiento de la culpabilidad.
Álava, es clara “hay determinados momentos en los que al niño hay que decirle NO. Pero estamos tan cansados, nos sentimos tan culpables de estar poco tiempo con ellos que no nos apetece discutir. No es así, el poco tiempo que se está, hay que estar para educar.” Esto deriva en muchas ocasiones en la “sobreprotección”. “ A los niños hay que acompañarlos en su proceso. Hay que estar detrás, pero hay que dejarles que ellos aprendan. Esto es mucho más costoso y requiere mucho más tiempo”.
Los padres tienen proponerse que “el tiempo que estoy que sea un tiempo de calidad.” Si sobreprotegemos a los niños les estamos privando de competencias emocionales que deberían desarrollar además de hacerles más inseguros.
Refuerzo Positivo
Una de las claves en la educación de los niños es el refuerzo positivo. La mayoría de los niños por su personalidad o las circunstancias suelen dar llamadas de atención “si aplicamos el castigo está consiguiendo el objetivo que era que se le haga caso. Al final el niño lo que ve en el castigo es una forma de conseguir la atención requerida”.
De esta forma es mucho más efectivo el refuerzo positivo. Para Álava está claro “estate con ellos, hazles caso cuando lo hacen bien no cuando lo hacen mal.” “los niños tienen una capacidad de observación muy grande y ellos ven así que si quieres que te atiendan pórtate mal ya que lo hacen más que portándose bien”. Que esto no quiere decir que el hacer mal las cosas no tenga consecuencias “pero esto es muy diferente a modelar la conducta con el castigo.” Establecer límites y normas son clave en la educación de los niños.
Educar en Valores
Para que un niño sea feliz necesita valores. “Los valores se nos quedan muchas veces fuera del terreno. Los asociamos muchas veces con la religión o con otros conceptos y no tiene por qué ser así”, “por ejemplo para el logro académico sabemos que trabajar los valores de la persistencia, el esfuerzo y la responsabilidad son mucho mejor predictores de las notas escolares que incluso el coeficiente intelectual. Si eso no lo hemos trabajado con los niños es mucho más difícil que vayan luego bien en el cole”.
Es curioso como el respeto también se está perdiendo y “lo de tratar a los demás con respeto y nosotros tratar a los demás con respeto es fundamental”, “los niños al final copian a su padre ya su madre y mucho cuidado con lo hacemos porque nos copian”.
Adolescencia
Silvia Álava no se olvida de la adolescencia. En el libro “Queremos que crezcan felices” nos cuenta la importancia de entender a nuestros hijos. Cuando el adolescente pierde los papeles “”en ocasiones lo que ocurre es que nos basamos en la idea de que lo hace adrede, quiere llamarnos la atención. Y no nos damos cuenta que en el cerebro del adolescente se están produciendo cambios” y esto hace que cualquier “emoción sea mucho más extrema” sumado a que la “parte que regula las emociones que es el lóbulo pre frontal se está reorganizando así que les cuesta mucho más regular las emociones.”
Lo que no significa que se justifiquen determinadas conductas “pero si entendemos el por qué está pasando nos ayuda a actuar de una manera diferente”. Como hemos hablado en múltiples ocasiones escuchar y hablar con los chicos es fundamental pero Silvia Álava puntualiza “Hay que hablar mucho pero elegir el momento adecuado para hacerlo. Nos equivocamos muchas veces en el momento, queremos hablar y negociar en el momento de la rabieta, en el momento del fallido emocional y ahí está tan activada la parte de la emoción que es imposible razonar”.
Es cierto que los padres tenemos una tarea dura y larga. La sociedad nos demanda demasiado y no somos capaces de satisfacer las necesidades que esta genera a nuestros hijos. Quizá si aprendemos a desprendernos de la culpa, les ofrecemos tiempo de calidad y conseguimos que nuestros hijos valoren lo que tienen, podremos conseguir nuestro objetivo: niños más felices.
FUENTE: PadresTodoterreno.com