OK, hablemos de comunicación
Cuando queremos hablar de #comunicación dentro de una organización, solo alcanzamos a poner el título. De manera inmediata, como si apretáramos un resorte emocional, nuestros interlocutores desatan una anécdota, un recuerdo personal, un #análisis intuitivo sobre su equipo de #trabajo o un diagnóstico a mano alzada de lo que ocurre en esa organización.
¿Qué nos pasa cuando hablamos de comunicación? ¿Por qué el intento de abordar este tema se parece, de pronto, a esas escenas de las luchas vikingas en la que todos van con los escudos?
Sin lugar a dudas, acabamos de tocar una tecla sensible. Las emociones.
Ocurre que esa palabra, nos remite de manera inmediata al encuentro del otro; ese otro que nos define, nos evalúa, nos devuelve una mirada que incomoda.
Por otro lado, sabemos que comunicar es cosa fácil; todos lo hacemos. No puede haber tanto misterio en el uso de la palabra o de los gestos. Cada uno sabe lo que quiere decir y puede hacerlo. Ahora, si el otro no quiere entender...será porque tiene sus problemas.
👉Así, las organizaciones transitan los eventos comunicativos como si fueran hechos personales y se distancian de escenarios más complejos relacionados con la comunicación organizacional.
Otra reacción habitual cuando se trata de “solucionar” los problemas de comunicación dentro de las instituciones, es recurrir a las oficinas de prensa para potenciar la difusión de flyers y comunicados para informar con más precisión.
Es probable que, en este último párrafo, encontremos algunas causas de nuestros problemas
Difusión + informar + prensa: se reúnen en la red semántica de la emisión. Es decir, de la unidireccionalidad, del poder del emisor sobre quien recibe. Nos ubica en el paradigma clásico de la comunicación ligada a la cibernética.
¿Y qué nos queda afuera?
La riqueza de la escucha, la sensibilidad emocional, las ansias de encuentro y de ser reconocido de manera positiva por el otro.
Los problemas de comunicación tienen más que ver con las emociones que con la dificultad de comprender la información.
Por eso, la comunicación interna favorece espacios de encuentro para fortalecer el clima de las organizaciones. Para fortalecer el diálogo, el encuentro y los apuestas para la construcción común. Ese es el camino.