“OTRO TIPO DE CICATRIZ..”
TITO (Josip Broz), 1892 – 1980. Político y militar Croata, jefe de Estado de la entonces Yugoslavia, desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte a los 87 años. Cuando era niño fue monaguillo, tuvo la oportunidad de ayudar a su párroco con la ceremonia de la Sagrada Comunión. Mientras sostenían la copa de la comunión, derramó accidentalmente un poco de vino en la alfombra junto al altar. El sacerdote, al ver la mancha roja en la alfombra, abofeteó al niño en la cara y gritó: “¡Estúpido, bobo! ¡Bájate del altar! El niño se convirtió en el tiempo ateo y comunista. Amante de los puros y gustos excéntricos, fue un dictador, presidente vitalicio de la República Federada y del Partido, que alimentaba un culto a su personalidad y lideraba un régimen autoritario.
Somos humillados cuando alguien ataca nuestra dignidad de diversas maneras. Es una forma de denigrarnos como persona, ya sea de forma privada o de forma pública. Es una de las heridas del alma difíciles de superar por las implicaciones psicológicas que genera en nosotros. Cuando una persona nos decepciona, se nos vienen abajo todas las ilusiones y expectativas que teníamos depositadas en ella.
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Quizás es alguien de nuestra familia, un amigo de la infancia, un compañero de trabajo o simplemente alguien que considerábamos una buena persona incapaz de traicionar ciertos principios, respecto a nosotros. Cuando el dolor invade nuestra alma, recuerda que Dios, nos prometió curar cada una de ellas.
“LOS OJOS DEL SEÑOR ESTÁN SOBRE LOS QUE HACEN LO BUENO; SUS OÍDOS ESTÁN ABIERTOS A SUS GRITOS DE AUXILIO. PERO EL SEÑOR APARTA SU ROSTRO DE LOS QUE HACEN LO MALO; BORRARÁ TODO RECUERDO DE ELLOS DE LA FAZ DE LA TIERRA. EL SEÑOR OYE A LOS SUYOS CUANDO CLAMAN A ÉL POR AYUDA; LOS RESCATA DE TODAS SUS DIFICULTADES” Salmos 34:15-17
Pr. Elías Bermúdez Guillén.