Pagos digitales: una realidad irreversible en la nueva normalidad

Pagos digitales: una realidad irreversible en la nueva normalidad

No hay duda que la revolución digital está transformando profundamente nuestras vidas. Basta con mirar alrededor para ver los cambios que se están produciendo en nuestra manera de comunicarnos, de trabajar e incluso de gastar y pagar. Y esto se refleja también en los datos, ya que más de cuatro de cada cinco europeos ya utilizan Internet con regularidad, frente a uno de cada cinco que lo hacían hace tan solo un par de décadas.

Además, como ya se ha comentado muchas veces, la pandemia del coronavirus ha catalizado esta revolución digital, con un crecimiento constante del comercio electrónico. De hecho, entre febrero y junio de 2020 el volumen de ventas a través de este canal  aumentó casi una quinta parte, a pesar de la disminución de ventas en las tiendas físicas.

Hacia los pagos digitales sin fricción

A medida que nuestras vidas se han ido volviendo digitales también lo han hecho los pagos, y no solo por el aumento de los pagos online (derivado del ecommerce), sino que en las propias tiendas físicas se ha producido un giro hacia el pago Contactless. Poco queda ya del “transacción mínima de 5€ para pagos con tarjeta” o carteles similares que veíamos en tiendas, bares y todo tipo de establecimientos. Bancos, proveedores de servicios de tarjetas y consumo minorista se han alineado para favorecer este cambio y aquellos que aún no se han adaptarlo, no tendrán otra alternativa que hacerlo para seguir siendo competitivos en el mercado.

Ya no parece tan raro comprar una barra de pan con el móvil (algo que nos parecía impensable) o ver a una persona mayor pagando con su tarjeta en el supermercado. Las personas están aceptando y adaptándose a los cambios, hasta tal punto que las transacciones minoristas en efectivo en diciembre de 2020 alcanzaron un 52%, frente al 73% de 2019, según la última encuesta de pagos del Banco Central Europeo.

¿Se revertirán estos cambios?

Una duda que puede surgir a partir de este boom digital es si estos cambios se mantendrán en el tiempo, una vez superada la pandemia del Covid-19. Sin embargo, según una encuesta realizada por McKinsey, en 17 países europeos, el 70% de los consumidores espera seguir utilizando los servicios digitales con tanta frecuencia como ahora o incluso más. Esto demuestra cómo los usuarios ya han hecho un cambio de mentalidad que no va a dar marcha atrás

En otras palabras, la pandemia ha servido como catalizador, acelerando la transición hacia una nueva normalidad digital. Ahora el reto para las empresas está adaptar sus servicios de pago (así como del resto de servicios) para poder satisfacer el interés creciente por parte de los clientes.

Las tendencias que marcarán el futuro

En este contexto de aceleración en la transformación digital, ¿cuáles son las tendencias predominantes dentro del sector de los pagos?

Tokenización para una mayor seguridad

La tokenización de tarjetas a través de los wallets móviles (Apple Pay, Google Pay) contribuirá a una mayor seguridad en los pagos. Además, esta seguridad estará reforzada también gracias a otras técnicas como la confirmación por biometría (cada vez más Smartphone cuentan con lector de huellas), el envío de SMS a los dispositivos (OTP), la mejora de las aplicaciones bancarias para el uso de la firma digital, etc.

El uso de estos wallets sigue una tendencia creciente, ya que además de la mayor adopción y confianza por parte de los consumidores, los fabricantes también están incorporando esta tecnología incluso en los teléfonos de gama más baja para facilitar el acceso a todos los segmentos.

Pago en TPV utilizando información de la transacción en QR


Tarjetas virtuales biométricas

Una nueva tendencia, con la que ya se están haciendo pruebas piloto en Estados Unidos y algunos países asiáticos son las tarjetas biométricas con huella digital. Con estas, no sería necesario disponer de una tarjeta física (como una tarjeta Visa o Mastercard), sino que podrían crearse tarjetas virtuales directamente dentro de los wallets o billeteras electrónicas.

Un ejemplo de esto son las Instant Credit Card, tarjetas virtuales creadas por el grupo Alibaba con un funcionamiento que permite la máxima seguridad. Cada vez que el usuario activa su móvil con la huella biométrica para pagar, se genera una nueva tarjeta por lo que podríamos estar hablando de una tarjeta diferente en cada pago efectuado (con el alto nivel de seguridad que implica esto).

Nuevas formas de pago

Además de los wallets, los pagos Contactelss con tarjeta que ya casi podemos llamar “tradicionales” y las tarjetas biométricas, hay otra tecnología que también verá un incremento en su uso y son los códigos QR. El desarrollo de pagos a través de códigos QR resulta más sencillo en su implantación que otras tecnologías, motivo por el que se convierte en una gran alternativa para los comercios. Además, aparecerán también otras tecnologías que facilitarán los pagos como pueda ser la tecnología Tap to Phone, gracias a la cual los vendedores podrán utilizar sus propios smartphones para realizar cobros.

Auge de las criptomonedas

Lo cierto es que en los últimos años han resonado en nuestros oídos conceptos como “blockchain” o “criptomonedas”. Gigantes como Facebook ya han iniciado incluso proyectos para crear su propia criptomoneda (¿quién no ha oído hablar de Libra?), pero queda aún mucho camino por recorrer. Uno de los factores que condiciona el desarrollo de este tipo de monedas fuera del sistema bancario es el uso que se les da hoy en día como un sistema de inversión, cuando en su origen estaban pensadas para ser un medio de intercambio de bienes y servicios. En este sentido, solo nos queda esperar para ver cómo termina de evolucionar esta tecnología.

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Flexibilización del sector

Por último, aunque quizás sea uno de los puntos más interesantes, la entrada en vigor de normativas como la nueva Directiva de Pagos Europea (PSD2) y otras regulaciones en distintos países (como EEUU), favorecerán la reducción de las barreras de entrada y la flexibilización del sector bancario para dar cabida a nuevos players.

Debe crearse por tanto un esquema de convivencia entre la banca tradicional y las nuevas Fintech, Neobanks y challenger Banks, que gracias a la colaboración mutua amplificarán estas tendencias hacia la digitalización, la mejora del servicio y la transformación de los medios de pago.

Una revolución irreversible

Si algo tiene especial importancia en un proceso de pago es que debe pasar inadvertido, ser una acción casi inconsciente para evitar la fricción y la pérdida de clientes. En esta búsqueda de la sencillez (combinada siempre con la seguridad), la tendencia hacia la reducción del dinero físico es indiscutible e irreversible.

Se avecinan cambios cada vez más profundos que traerán beneficios para los usuarios (seguridad, comodidad, velocidad), pero también para el resto de agentes implicados (reducción del gasto en creación, logística y provisión de billetes, transformación de ATMs, etc.) y solo aquellos que se adapten podrán surfear con éxito esta ola de innovación.




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