¿Para qué soy bueno(a)?

Hola, me alegra mucho saludarte, espero que estés bien, en este artículo quiero hablar de algo que me ha pasado, pero que también he estado viendo mucho recientemente.

Esta confusión, cuestionamiento, incluso a veces tortura de ¿a qué debería dedicarme? ¿para qué soy bueno? ¿hago lo que me apasiona? ¿pongo un negocio de eso? ¿pero no logro hacer dinero con lo que me “gusta” hacer?

Si es un caos, la verdad…

He pasado mucho tiempo pensando al respecto, quizá demasiado y por supuesto que he caído en todos los trucos de marketing habidos y por haber y he comprado yo diría, suficientes cursos al respecto.

Y la parte a la que más vueltas le doy es a la del “reconocimiento externo o la validación” por el dinero…

¿A qué me refiero?

A que si ganas dinero, es la confirmación de que lo estás “haciendo bien” o de que por ahí deberías seguirle…

Y no estoy tan segura de eso.

Te cuento mi historia:

Soy muy buena para ver lo que la gente hace mal y si no me crees, pregúntale a mi ex… se me da fácil, desde niña, tenía unos pleitos terribles con mi papá, porque iba y le decía que estaba haciendo algo mal y me gritaba, ¿tú qué sabes?, ¿quién te crees que eres para decirme eso?

Obviamente aprendí muy pronto que seguramente yo no podía saber, o que quizá sabía, pero que no debía decirlo… pero la verdad es que cuando veía las cosas, era evidente para mí… que algo no estaba bien.

Crecí, entré a trabajar y en el trabajo en el que más me pagaban, era cuando trabajaba como auditora, iba a los proyectos tres días al mes, y en esos tres días, encontraba todo lo que estaba mal y tenían las siguientes tres semanas para corregirlo.

Y no, no lo disfrutaba… era muy cansado, ser la bruja, la mala del cuento, la que todos odian porque viene a decirles lo que hacen mal o no hicieron o lo que les falta. Pero al final de la quincena, ahí estaba mi dinero.

Obviamente tuve la crisis existencial del si quiero, pero no quiero, me sale, pero no me gusta, me cansa, me desgasta, no está padre y al final del día renuncié.

Me dediqué a ser mamá y a organizar el Talent Show en la escuela de mis hijos, por casi una década y lo amo, incluso escribí un libro, que no se ha vendido como creí. Porque quizá no soy buena para eso o especialmente buena, para eso.

¿A qué me refiero?

Recientemente me di cuenta de que puedo ver (o identificar) también lo que la gente hace bien…ver a los niños que hacen bien la presentación, que están afinados, que bailan bien y si, obviamente eso me gusta más.

Puedo ver cuando el servicio en un restaurante es excelente o cuando la especialista de la mastografía sabe lo que hace a la perfección.

¿Qué significa todo esto? ¿y sobretodo porqué te lo estoy contando?

Agrupando un poco las ideas, no se trata sólo de qué hago bien, si no de qué se me da fácil y además disfruto y que además, me siento culpable si no lo hago…

¿Qué quiere decir eso?

¿Qué haces bien?

En la realidad.

¿Alguna vez lo has pensado?

No lo que los otros dicen que haces bien, no lo que crees que podría ser.

Algo que en serio te sale bien, sin esfuerzo, no tiene que ser necesariamente algo que te guste, ni algo ultra mega super especial, puede ser algo tan simple como recordar las fechas de cumpleaños o preparar el lunch, o saber cuándo están maduras las frutas.

¿Y por qué me interesa que pienses en eso?

Porque ese es el primer paso en el reconocimiento de uno mismo y de las fortalezas propias, estamos en un momento en el que no sabemos quiénes somos, qué queremos, en dónde estamos, a dónde vamos ni si estamos haciéndolo bien o no.

Sentimos que necesitamos la validación y el reconocimiento externos, que alguien nos vea y nos diga que lo estamos haciendo bien, que es por ahí, que ya casi lo logramos y la verdad es que aunque tengamos eso, no vamos a sentirnos satisfechos, porque vamos a empezar a dudar de lo que el otro me dijo… y del tono y de la intención y es de verdad una pérdida de tiempo.

Empieza hoy, con ver qué te sale bien y de ahí empieza a construir y si crees que nada te sale bien, entonces empieza a probar más cosas y ver si alguna es más fácil para ti o te sale bien.

Esto es lo que Naval Ravikant llama conocimiento específico y es tu ventaja competitiva para generar riqueza. Encontrar lo que haces bien, unirlo con lo que la sociedad necesita, encontrar la forma de venderlo y escalarlo.

Lo que yo descubrí que hago bien es comunicarme, servir de mediadora en las juntas, hablar con personas de todos los niveles y lograr acuerdos, utilizando esto, armé el curso de Comunicación Efectiva en el Trabajo, visita la página para ver si es algo que te hace falta, a ti o a tus empleados.

Listo, hasta la próxima.