Pautas para transformar nuestro cuerpo en aliado

Pautas para transformar nuestro cuerpo en aliado

Nuestro cuerpo nos acompaña y participa en todo lo que hacemos, impulsa o retarda el logro de nuestras metas. Entenderlo nos permite transformarlo en nuestro aliado.


 

Culturalmente tendemos a tener una actitud de indiferencia hacia nuestro cuerpo. No sabemos observar cómo se comunica con nosotros ni entenderlo. La memoria y aprendizaje del cuerpo tienen un ritmo diferente al intelectual, tal vez más lento, que requiere entrenamiento.

El cuerpo se expresa a través de su forma y tamaño, peso, movimiento y gestos, la voz y su tono, el tipo de contacto que establece consigo y con los demás. Así es como el cuerpo ratifica, acompaña, enfatiza o contradice lo que decimos en palabras. Nuestro cuerpo nos acompaña y participa en todo lo que hacemos, impulsa o retarda el logro de nuestras metas. Podemos transformarlo en nuestro aliado.

 

Una metáfora simple y valiosa que permite identificar comportamientos, sentimientos, formas de pensar y de comunicarse son los elementos de la Naturaleza: Aire, Fuego, Agua y Tierra. Con sólo imaginar uno de los elementos, podemos extrapolar las características humanas que tiene asociadas. Y así es que tenemos la capacidad de entrenar todos los elementos, incluyendo las características que sentimos positivas como las que nos incomodan.

Interiorizarnos en este fascinante mundo de las energías asociadas a los elementos de la naturaleza nos permite conocer cómo nos gusta trabajar, cómo nos comunicamos, cómo adquirimos información, cómo tomamos decisiones y en definitiva las virtudes y obstáculos según sean nuestros elementos predominantes. Si imaginamos el agua corriendo en un río, podemos adivinar por qué las personas con elemento predominante agua no enfrentan los obstáculos ni conflictos, y en cambio los rodean, y cuando se sienten contenidas, se detienen.

Aire

El aire es el elemento encargado del pensamiento, las ideas y la palabra. Representa la capacidad de movimiento, de andar y no detenerse. Es la comunicación, es la expresión, la creatividad. El aire es el elemento de las ideas y la argumentación. Nos provee libertad, liviandad, desapego, perspectiva, curiosidad.

No lo vemos, es difícil de atrapar, y sin embargo nos llenamos de él en cada respiración. La mejor práctica que podemos hacer para conectar en esta energía es poner consciencia en nuestra respiración para que se haga cada vez más amplia y profunda y actividades de meditación.

Fuego

El fuego nos trae fuerza, valentía y coraje. Es la energía de la acción que nos motiva a avanzar. Nos da el impulso para buscar nuevos caminos, enfrentar nuevos retos, no temer a los cambios y confiar en el poder de transformación de cada vivencia. El fuego nos conecta con vitalidad, pasión, entusiasmo, fuerza, voluntad, iniciativa.

Conectar con todo tipo de fuente de luz, como la llama de una vela, una fogata o los ventanales por donde entra el sol; exponerte o sentir la luz mejora el ánimo y la salud en general. Realizar caminatas al sol o tomar sol a horarios recomendados es una excelente práctica para conectar con esta energía. También realizar ejercicio físico activo y dinámico.

Agua

El agua representa la adaptabilidad, la capacidad de fluir con las situaciones, la flexibilidad para movernos sin resistencia. El Agua representa las emociones, los sentimientos, de los sueños y la intuición. Cuando somos capaces de fluir con las emociones, no nos ahogamos en ellas.

Sustituir el consumo de bebidas gaseosas o energizantes, el café y el alcohol, por agua o infusiones, permitirá que el cuerpo se acostumbre nuevamente a la absorción del agua para conseguir una buena hidratación. El placer de nadar y sentir liviano nuestro cuerpo es muy recomendable para incorporar el elemento agua.

Tierra

La tierra representa la identidad, la estructura, es el territorio interior que construimos para habitar en él, es lo que nos da seguridad. Representa la nutrición, la protección, la estabilidad, la disciplina. Es el elemento de la practicidad, la paciencia y la búsqueda de lo concreto.

No hay mejor forma de conectar con esta energía que sentirla con los pies descalzos, caminar sobre tierra, hierba o arena. Todo movimiento que te conecte con la fuerza de tus caderas, piernas, y pies son muy útiles para conectar con la energía de la tierra, por ejemplo correr o caminar a paso rápido

Cuando aprendemos a reconocer y gestionar todos los elementos, ampliamos nuestra capacidad de movimiento y de acción. Logramos pasar de uno a otro con facilidad, encontrar el equilibrio natural que proviene de la fuerza y las características intrínsecas de cada uno de ellos, y podemos utilizar el poder de cada una de estas energías. Este Espacio de Centramiento, nos permite estar presentes y conectados con nosotros.

Si querés aprender más en breve estaré lanzando la experiencia YO LOGRO-SOY ENERGÍAS. Una experiencia dinámica y original para acompañarte a vibrar en cada una de estas energías y que puedas reconocer como pueden impulsarte en el logro de tus resultados.

 

 

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