Pequeñas Empresas, Grandes Empleos?
Inicialmente una aclaración: no soy especializado en el área de organización de empresas, estoy apenas mostrando una visión personal adquirida a lo largo de más de 30 años de vida profesional y sus altibajos.
Me gustaría compartir con los lectores algunas cosas que aprendí por experiencia propia, y que tal vez puedan ser útiles a los que están empezando ahora, o aún a los que ya están en el mercado de trabajo hace algunos años.
Al elegir un buen lugar para trabajar, además de los criterios de decisión más obvios - sueldo, beneficios, condiciones generales de trabajo, cargo etc. - otras variables se presentan, que pueden determinar nuestro éxito y desarrollo de carrera en la empresa.
Entre los diversos factores, me propongo a analizar la influencia del tamaño de la empresa, considerando la cantidad de empleados y el tipo de estructura organizacional (familiar, en fase de transición o profesional).
Trabajar en una empresa grande tiene una serie de ventajas, ennumeradas en seguida.
Para empezar, la estabilidad, pues la empresa probablemente alcanzó tal situación - cantidad de empleados, facturación, porte de las instalaciones y maquinaria, por ejemplo - después de un largo período de crecimiento, inversiones y decisiones correctamente tomadas, con una visión de mercado que impulsó los negocios. Todo esto presupone condiciones positivas que nos permiten extrapolar una tendencia de continuidad de la empresa.
Los aspectos materiales tienden a ser más favorables - hay excepciones, pero estas solamente sirven para confirmar la regla. Grandes empresas suelen ofrecer sueldos dentro del promedio de mercado o mayores, y beneficios que actúan como diferencial en el momento de aceptar una propuesta.
En la mayoría de las pequeñas empresas la remuneración es menor y los beneficios son escasos; algunas ofrecen mayores comisiones o ganancias variables extras pero con un sueldo base más modesto.
Con relación a las condiciones de trabajo, generalmente las grandes empresas ya pasaron históricamente por etapas "heroicas" en su fase inicial, pero ahora ofrecen ambiente laboral más organizado y seguro. Los procesos de trabajo y procedimientos de operación se encuentran consolidados en mayor o menor grado de acuerdo al ramo de actividad y a las exigencias legales aplicables.
Ya las pequeñas empresas frecuentemente están situadas en una etapa incipiente de desarrollo organizacional, y sufren carencias en diversas áreas. La disciplina de seguridad y salud puede ser tratada con negligencia, y el carácter familiar (o todavía no completamente profesional) de la estructura permite una interferencia de intereses personales en los asuntos corporativos. No hay procesos definidos - o existen pero no están bien delineados o no fueron correctamente implementados, causando atrasos, retrabajo, pérdidas, baja calidad y constantes conflictos internos.
Es una situación que me habitué a denominar "Reinventando la Rueda a Cada Día".
Trazado el cuadro general de modo bastante resumido (hago nuevamente la resalva de que existen puntos fuera de la curva en ambos casos), paso a desecar y comparar las perspectivas de aprendizaje y desarrollo.
En la empresa grande, debido al grado de madureza de la organización y al modo como los procesos transcurren dentro de un marco previsible - casi en una especie de "piloto automático" - tienden a ser limitadas las posibilidades de un nuevo empleado para mostrar su capacidad. Las "enfermedades infantiles" de la organización ya han sido superadas hace mucho tiempo, y la robustez de los procesos disminuye la probabilidad de errores y situaciones fuera de control. Para probar que realmente agrega valor a los negocios de la compañía y crecer dentro de la estructura (sea verticalmente o dislocándose horizontalmente), el novato tiene que presentar ideas extraordinarias, innovadoras, o entonces un desempeño muy superior al promedio.
La movilidad entre sectores puede verse un poco "enyesada" debido a la definición precisa de atribuciones y responsabilidades, lo que provoca una tendencia a la especialización - cada uno en su cajita, sin tiempo o condiciones propicias para un entrenamiento en otras funciones externas al área.
En contraste, la pequeña empresa es un terreno fértil para la experimentación y el aprendizaje - para bien y para mal! Bajo pretexto de la escasez de recursos humanos y/o materiales, el empleado acaba desempeñando diversas funciones paralelas, llegando a saltar de un área a otra sin una preparación formal. Lo bueno de este régimen incierto es la exposición intensiva a nuevos tipos de tareas y actividades, proporcionando flexibilidad y una rápida ampliación del conocimiento. La pequeña empresa es un verdadero laboratorio vivo, donde todo pasa mas rápido - tanto el éxito cuanto el fracaso. La carencia de procesos estructurados permite al novato identificar innúmeras oportunidades de mejorías, reducción de costos, optimización del uso de recursos materiales y humanos, incremento de ventas, en fin - abre una perspectiva técnicamente ilimitada de posibilidades de desarrollo.
Sin embargo, la resistencia al cambio puede ser extremamente difícil de romper.
La vieja mentalidad "hemos hecho así por 'x' años y vamos a seguir haciéndolo!" es un obstáculo bastante común en contra del progreso de la compañía y de los propios empleados.
En realidad, exactamente ahí está el gran desafío: el nuevo empleado es constantemente probado más allá de sus límites y aprende a argumentar, negociar, presentar ideas - en fin, así crece profesionalmente de modo mucho más veloz que sería posible en la empresa grande. El peso de la contribución individual de cada empleado para el éxito y el crecimiento de la empresa es proporcionalmente mayor, resultando en una satisfacción personal y dando un significado especial a su trabajo.
Estableciendo un paralelo un poco tosco pero de fácil comprensión: al contratar una nueva ayudante doméstica para limpiar una casa naturalmente aseada y acomodada, es difícil mostrar algún diferencial - tal vez pulir los candelabros, mejorar la limpieza y el brillo de los vidrios y espejos, o acomodar las camas a la moda de un hotel 5 estrellas; queda poco para agregar. Ya para una casa desacomodada que no ve una limpieza seria hace tiempo, basta guardar las cosas en sus lugares y una higiene básica para que el resultado sea visible de inmediato.
O sea, un esfuerzo equivalente acaba agregando mucho más valor y obteniendo mayor visibilidad.
Por lo tanto, queda el mensaje para quien está eligiendo una nueva empresa: hacer un autoanálisis profundo de sus propias características personales así como una proyección mental de adónde se desearía llegar dentro de seis meses, un año o hasta cinco años, dependiendo de las circunstancias específicas - y entonces pesar y comparar los respectivos potenciales de la pequeña y la grande empresa para transformar esos planos en realidad, lo que resultará en aquel conocido sentimiento positivo de "Misión Cumplida".
Aprovecho la oportunidad para desear éxitos y buena suerte a todos los que se encuentran delante de tal decisión!