Perú: ¿Minero o Turístico?

Los dos definitivamente, ambos son sectores necesarios para la economía del Perú que a su vez despiertan diferentes sentimientos entre los peruanos. En el caso del turismo existe esa sensación de armonía y orgullo por pertenecer a este país maravilloso lleno de paisajes, aventura, comida, cultura, etc.; mientras que la sensación en el caso de la minería se percibe de conflicto, disgusto y con una sociedad que lamentablemente no reconoce el verdadero valor y significado de este sector económico.

Es interesante el esfuerzo desplegado por MINCETUR (Ministerio de Comercio Exterior y Turismo), para impulsar el turismo en el Perú; llena de orgullo a los peruanos haber recibido en el 2015 alrededor de 3,5 millones de turistas extranjeros, cuando hace 10 años solo fueron 2,0 millones de turistas los que pisaron el país incaico. Admirable creatividad en el desarrollo de la marca Perú, desde todo aspecto: como logotipo, como mensaje o lema, desde las estrategias de impulso dentro y fuera del país, entre otras. Sin duda el Perú va por buen camino, será saludable hacer crecer este sector de manera exponencial para competir con países que dejan cifras realmente abrumadoras a sus economías.

España, por ejemplo, en el 2015 recibió 68,0 millones de turistas, solo en el mes de Enero 2015 ya había recibido 3,2 millones de turistas, casi lo que Perú consiguió en su último año record. Existe un caso particular al sur de España, específicamente en Granada, donde un solo monumento histórico “La Alhambra” recibió 2.5 millones de turistas en el 2015. Anima que Macchu Picchu siendo una de las 7 nuevas maravillas de mundo algún día roce este tipo de cifras, por eso es que el Estado debe seguir diversificando la oferta de lugares de visita dentro del país; la clave está en provocar mayor preferencia y permanencia al turista extranjero inclusive antes de que este llegue al país y provocar el hambre suficiente para que se coma al Perú en el mejor sentido gastronómico de la palabra.

Por su lado, la minería de acuerdo al Instituto Peruano de Economía representa más del 50% de las divisas para el Perú y el 11% del Producto Bruto Interno (PBI), sin duda un sector fundamental para el crecimiento económico peruano. Otros sectores importantes del Perú con significativo crecimiento aún no alcanzan lo que aporta la minería. El Banco Interamericano de Desarrollo indica que “(para el Perú) el turismo es otro sector en el que se tiene mucha expectativa, al estar encaminado a convertirse en el segundo mayor generador de divisas… uno de los últimos pronósticos realizados sitúa sus metas en US$6.800 millones anuales para el 2021”, mientras que para la minería en el 2016 y 2017 existe una cartera de proyectos de inversión privada por más de US$22.000 millones; realmente se espera una reactivación de los proyectos mineros en Perú para mantener su crecimiento reconocido en la región y que la lentitud (casi parálisis) experimentada en el último lustro se revierta; difícil camino el que ha tocado recorrer en este periodo con un cambio de gobierno a puertas, un nuevo presidente, la bajada de precios en los minerales, los siempre conflictos sociales y porque no mencionar  a los intereses individuales.

La minería es una actividad que tiene recursos finitos, recursos no renovables como muchos lo conocen, debe entenderse que no será una actividad para siempre, mientras que el turismo tiene la ventaja de poder desarrollarse de manera permanente y a través de las generaciones, ambos sectores deben ser forzosamente complementarios y sinérgicamente compatibles.

De manera interesante Rubén Guevara, profesor principal de Centrum Católica, indica que en vez de buscar un sustituto para la minería, deberíamos trabajar para que la minería se convierta en un sector querido y admirado, por otro lado Bruno Seminario, investigador de la Universidad del Pacífico, planteó un escenario económico liderado por el sector servicios, específicamente el turismo, con el objetivo de revertir el colapso económico que se pronostica ocurrirá en el 2028,  el Perú tendría que pasar de recibir 3.5 millones a 10 millones de turistas en los próximos años para compensar la caída de otros sectores y revertir la depresión económica prevista para el 2028.

Para concluir, más que una discusión sobre que o cuanto aporta uno u otro sector se hace imprescindible pensar en lo que aportarían la suma de ambos a su máxima capacidad o potencia, sin mezquindad y con complaciente responsabilidad.  La marca Perú es esa imagen en forma de letra “p” similar a las líneas de Nazca, que lo relaciona con nuestro pasado histórico, una idea creativa sería también indicar que la “p” representa un “tajo abierto” visto desde arriba, que represente nuestro poderío minero; los diseñadores del MINCETUR en sinergia con los del MINEM (Ministerio de Energía y Minas), deberían como se dice “sacarle el jugo” a la marca Perú para que en un esfuerzo conjunto se genere una propuesta o idea más amplia e integral de lo que es y significa el Perú para el mundo. Si se puede.