Perú y el desafío de integrar energías renovables con una red resiliente

Gonzalo Granda, Managing Director Wärtsilä Perú

El panorama energético de Perú está en un momento de transición importante. Con su compromiso hacia un futuro más sostenible, el país ha avanzado en la incorporación de energías renovables, aprovechando recursos naturales como la energía solar y eólica. Sin embargo, a medida que la capacidad instalada de estas fuentes sigue creciendo, surgen retos significativos en la estabilidad y confiabilidad de la red eléctrica, especialmente considerando que el país sigue dependiendo en gran medida de la generación hidroeléctrica y térmica para equilibrar la demanda.

Perú cuenta actualmente con aproximadamente 1,300 MW de energía solar y eólica instalados, y se proyecta que estas cifras se multipliquen en los próximos años. Según datos de Statista, la capacidad instalada de energía solar alcanzó 332 MW en 2022, representando el 1.4% de la matriz energética peruana, de acuerdo con datos del Ministerio de Energía y Minas (Minem). No obstante energías renovables intermitentes, como la solar y eólica, presentan una variabilidad natural que puede poner en riesgo la estabilidad del sistema, particularmente en periodos de alta demanda o de condiciones climáticas desfavorables.

Desafíos estructurales y climáticos

El sistema energético de Perú es vulnerable a factores climáticos, ya que depende en gran medida de la hidroenergía, que constituye alrededor del 55% de la generación total (de acuerdo a datos del Minem). En años de sequía, el sistema hidroeléctrico enfrenta una disminución en su capacidad de generación, lo que obliga a compensar con plantas térmicas y a gas, aumentando el costo de la energía y la emisión de gases de efecto invernadero. Esta situación pone de relieve la necesidad de una infraestructura flexible y de rápida respuesta que pueda equilibrar las fluctuaciones de las renovables y reducir la dependencia de combustibles fósiles.

La flexibilidad como respuesta a la variabilidad

En este contexto, la flexibilidad operativa se convierte en una pieza clave para el sistema energético peruano. Incorporar tecnologías que permitan una respuesta rápida y eficiente ante los cambios en la generación renovable es esencial. La capacidad de equilibrar la red en tiempo real permite integrar de manera efectiva más renovables, reduciendo al mismo tiempo los costos y las emisiones. Las plantas de energía capaces de adaptarse dinámicamente son necesarias para asegurar que las energías renovables puedan jugar un papel protagónico en la matriz sin comprometer la confiabilidad del suministro eléctrico.

Además, los sistemas de almacenamiento de energía, como las baterías de gran capacidad, pueden ser aliados estratégicos en el camino hacia una matriz más limpia y segura. Estas tecnologías permiten almacenar excedentes de energía renovable durante las horas de mayor producción y liberarla cuando la demanda lo exige, evitando así el sobreuso de generadores a base de combustibles fósiles.

Un futuro sostenible requiere planificación a largo plazo

A medida que Perú avanza en su transición hacia un sistema energético más verde, es fundamental que las políticas y regulaciones acompañen el crecimiento de las renovables con un enfoque en la resiliencia y confiabilidad del sistema. Los expertos coinciden en que la inversión en infraestructura flexible y tecnologías de almacenamiento debe ser una prioridad para asegurar una red robusta y adaptable, capaz de enfrentar los desafíos de la intermitencia y de eventos climáticos extremos.

Perú tiene una oportunidad única para liderar en América Latina en la adopción de un modelo energético equilibrado, con una integración efectiva de energías renovables apoyada por soluciones tecnológicas avanzadas. La transición hacia un sistema flexible y resiliente no solo beneficia al medio ambiente, sino que también fortalece la economía del país al ofrecer una energía más confiable y accesible para todos.

Conclusión

La transición energética en Perú representa un desafío que va más allá de la simple instalación de nuevas plantas renovables; requiere una visión integral y un compromiso a largo plazo para construir un sistema equilibrado y preparado para el futuro. Con el desarrollo de una infraestructura flexible y tecnologías de almacenamiento, Perú puede asegurar que su red eléctrica esté a la altura de su ambición de sostenibilidad, manteniendo al mismo tiempo la estabilidad y confiabilidad que la sociedad y la economía demandan.