Pero entonces... ¿quién tiene el poder?

Hace unos días asistí a un webinar impartido por Ángel Luis Estrella sobre la gestión del estrés. Entre otras muchas cosas interesantes, habló de Víctor Emil Frankl neurólogo, psiquiatra y filósofo austriaco de origen judío que sufrió el holocausto nazi, pasando por varios campos de concentración entre los años 1942 a 1945, incluido el terrible Auschwitz.

Pues bien, Frankl ideó una nueva terapia denominada logoterapia que se basa en ayudar a las personas en su búsqueda del sentido de la vida y que permite descubrir la capacidad del ser humano de superar situaciones límites. Esta terapia la desarrolló después de observar quién sobrevivía y quién no en los campos de concentración. Así Frankl pudo comprobar como las personas que tenían esperanzas de reunirse con seres queridos, que poseían proyectos que sentían como una necesidad, o aquellos que tenían una gran fe, parecían tener mejores oportunidades de sobrevivir frente a los que habían perdido toda esperanza.

Y es que somos nosotros los que elegimos nuestra actitud, los que tenemos el poder. Así podemos optar por sentirnos de una manera optimista o pesimista ante situaciones adversas o difíciles. En este contexto, me viene a la cabeza el concepto de PROPÓSITO DE VIDA, del que he oído hablar tanto este último año. Saber como quieres contribuir en este mundo, el significado de la vida, el legado que quieres dejar y marcarte metas a corto, medio y largo plazo es vital para hacer planteamientos optimistas y evitar así caer en el lado oscuro.

Por lo que, parafraseando al Maestro Yoda "qué el poder y la fuerza nos acompañe a todos, siempre y en todo lugar".