Pero por qué no preguntan...

Parece ser que uno de los objetivos planteados por ciertas coaliciones de partidos políticos en su programa de gobierno, es eliminar los vuelos domésticos de dos horas y media de duración que tengan alternativa por tren, con el fin de reducir la huella de CO2 de los aviones. La aviación supone un 2% de las emisiones globales y si lo comparamos con otros medios de transporte, emite un 12% ( el transporte por carretera un 80%). No ahora, ya hace años, la industria aeronáutica, de la que viven cientos de miles de familias en este país turístico por antonomasia, está a la vanguardia y se ha afanado en reducir tanto la contaminación acústica como la de combustible con acciones tales como la instalación de los "winglets" en las puntas de las alas, reduciendo así la resistencia aerodinámica recortando del orden de 80 millones de toneladas de CO2, se han creado nuevos combustibles más sostenibles y se han diseñado motores más eficientes en consumo y generación de ruidos. Según los estudios más recientes, las emisiones se reducirán a razón de 1.5% al año, previendo alcanzar allá por el 2050, la mitad de las emisiones actuales. Si a esto añadimos que somos un país que mueve de forma ingente, millones de personas que por diversos motivos pasan por nuestro por país cada año, y que competimos en conectividad con grandes hubs como París, Frankfurt o Amsterdam, esta medida no me genera más que desazón... y sonrojo. El cambio climático es un hecho, un desgraciado hecho que no se cambia a base de poner cubitos de hielo en el maravilloso Antártico, las medidas serias se tenían que haber tomado hace tiempo y no para una parte de la galería. El sector aeronáutico, muy avanzado y comprometido tecnológicamente con el entorno, ha sido punta de lanza desde hace años para poder mover personas y mercancías entre países y ciudades en tiempos de reloj que permiten que seamos más efectivos, estemos más conectados, estemos más avanzados, estemos más sanos o seamos más productivos. Será curioso verle la cara a un pasajero que venga de un vuelo transoceánico de 11 o 12 horas y decirle que debe coger su equipaje, irse a la estación de tren más cercana y desplazarse pagando de nuevo un tren hasta Valencia, Barcelona, Sevilla o Málaga ( llegando desde Madrid por ejemplo); será curioso ver como el transporte de mercancías se ralentizará llevando estas desde un aeropuerto hasta una estación de tren con gastos incrementados en camiones, será curioso ver el desmantelamiento de instalaciones aeroportuarias que frenarán la conectividad de personas, será curioso ver la reducción enorme de puestos de trabajo directos e indirectos relacionadas con la aviación; un medio de transporte que desde los albores de la historia, el único "mal" que ha hecho es permitir que personas, grandes y pequeñas, de cualquier, edad, nacionalidad, raza o sexo, se abracen y se conecten. Pero por dios, ¿por qué no preguntan antes?