Personas Y Personajes
Lo que más me gusta de escribir una novela histórica es que me da la oportunidad de conocer y entrevistar a personas que, de otra manera, no hubieran cruzado mi camino. Uno de esos personajes es el capitán Enrique Mahr Kanter, piloto de los años 50 en la región cafetalera Chiapaneca. Enrique, de 85 años de edad, nos recibió a mi hermana y a mí en su rancho ganadero junto con su hermosa esposa. Ahí, en esa terraza fresca, con vista panorámica de la propiedad, nos convidaron una limonada y nos regalaron historias y libros (algunos de la autoría del capitán Mahr) que todavía estoy leyendo.
Enrique nació en el municipio de Tumbalá, Chiapas. Fue hijo de Enrique Mahr Cristlieb, inmigrante alemán nacionalizado mexicano, y de Bertha Kanter Irrutia, de Tumbalá, hija de inmigrantes guatemaltecos. Así suelen ser las historias de amor en la frontera – al corazón poco le importan las nacionalidades. Cuando Enrique era niño sus padres se mudaron a Yajalón y ahí, junto con sus compañeritos de la escuela, iba al campo de aviación a corretear las avionetas. No sabía que más tarde se convertiría en uno de los mejores pilotos de la región.
Después de estudiar en la escuela de alemanes en San Cristóbal de las casas, en el ICACH de Tuxtla Gutiérrez, el Instituto Modelo en Guatemala y en el Instituto Tecnológico de Monterrey se cansó de los libros y los abandonó por su verdadera pasión: la aviación. Inició en ese campo como ayudante de mecánico, lavapanzas de avionetas y después como copiloto, hasta que por fin le concedieron su licencia de piloto comercial. A los 29 años se casó sobrevolando a bordo de una avioneta con su amada esposa, Elsa Gloria Castañón Morelli, con quien ha disfrutado casi 60 años de matrimonio. Tras muchos años de despegar y aterrizar en centenares de pistas, trasladando café y personal - Chicomoselo, Comalapa, Motozintla, Ocosingo, Tajalón, Comitán, Pichucalco, la selva Lacandona, Lacanjá, Bonampak - a la edad de 51 años decidió retirarse de la aviación y dedicarse a su segunda pasión: el ganado. Hoy día vive en su rancho El Recinto, en el municipio de Ocozocoautla, donde ha vivido tranquilamente y en donde seguramente guardarán sus cenizas, nos dice. Pero por lo pronto, yo tengo la fortuna de escuchar y aprender de él sobre la vida y el ocaso de las fincas cafetaleras, el tema que conoce bien. Hay vidas que por donde se les vea están ligadas al café... Avanzo con lentitud, mis queridos lectores, pero con paso firme y sobretodo disfrutando de personajes inolvidables, como el capitán Mahr cuya ayuda hoy enriquece mi novela.
Espero ustedes también lo disfruten.
Bilingual Author / Autora Bilingüe
5 añosGracias por leerme, Bertha, y sobretodo gracias por la gran labor de investigación que estás haciendo, te felicito, abrazos
Que oportunidad tan divina Maria! Me encantan las novelas con toque histórico! Yo creo que ha sido tu influencia