¿Necesitas crecer? Pide un par de pizzas y muévete.
El de la productividad es un problema endémico de la economía española. Y es estructural; solucionarlo, es imprescindible. Para incrementar su productividad, las empresas españolas necesitan incorporar formas de trabajar que han inventado algunas de las compañías nativas digitales de mayor éxito. Empresas que hace unos pocos años también eran pymes y hoy son gigantes. No requiere ni de grandes equipos ni de mucha tecnología. Sólo de voluntad de aprender y de constancia al hacer. Dos ejemplos imprescindibles.
La imagen que encabeza este artículo es una noticia recientemente publicada. Desafortunadamente, la hemeroteca recoge noticias similares desde hace décadas. Javier de Elorza, embajador de España ante la Unión Europea entre 1994 y 2000, uno de los grandes artífices de los fondos de cohesión, y quien negoció en 1992 como representante del Ejecutivo de Felipe González, lo resume bien: «España ha vuelto al club de los pobres»
En palabras de Paul Krugman (premio Nobel de economía), “la productividad no lo es todo, pero lo es casi todo”. Más cerca de casa y hace menos tiempo (por enésima vez), el Banco de España advierte que “la baja productividad impide a España converger con Europa en renta per cápita”. El de la productividad es un problema endémico de la economía española, y es estructural; solucionarlo, es imprescindible. El reciente anuncio de la creación del Consejo de la Productividad puede ser una pieza de la solución. Pero hacen falta muchas más, y más cercanas al día a día de las empresas españolas. España es un país de Pymes (99,8% de las empresas y el 66% del empleo). Un análisis macro no va a cambiar su forma de trabajar.
La productividad de un país se calcula dividiendo el PIB entre las horas trabajadas. La mayor parte del debate público en España se centra en el denominador de esa fracción, sin llegar siquiera a un acuerdo tan básico como si se debe trabajar más o menos horas. Hace falta poner más foco en el numerador: cómo incrementar los ingresos.
Hay dos respuestas básicas: vender más (exportar) y hacerlo de forma más eficiente (tecnología). Pero en un entorno crecientemente global y predominantemente digital, estas dos se han convertido en condiciones necesarias, no suficientes. Nuestros competidores locales también van a tener acceso a ambas, y por la misma lógica, vamos a afrontar la presión de nuevos competidores de otros mercados.
La respuesta está en la innovación. Y es importante no confundir la tecnología con la innovación.
Optimizar mediante tecnología un proceso de producción no hace que crezca su demanda. Y la mejora de los márgenes dura el tiempo que el sector en el que operamos tarda en adoptar las nuevas prácticas. Es necesario, pero no suficiente. Por ejemplo, el fenómeno de las líneas aéreas de bajo coste, cuya ventaja competitiva en costes fue neutralizada en el momento en el que las líneas aéreas modificaron su operativa con las nuevas reglas de mercado. Igualmente importante es que la tan cacareada “Transformación Digital”, sirva para transformar, es decir, modernizar y mejorar nuestra forma de trabajar, incorporando los nuevos modelos de gestión de las compañías nativas digitales. Si seguimos haciendo lo mismo, pero de forma digital, no hemos transformado nada.
El valor hoy se crea innovando de forma recurrente, y a mayor velocidad. Comiendo un par de pizzas y andando rápido.
Innovación recurrente / Amazon / Dos pizzas.
Amazon era una pyme hace 20 años. Cuando Jeff Bezos tuvo que comprar mesas para los pocos primeros empleados, decidió comprar puertas en la tienda de bricolaje más cercana, y añadir unas patas para convertirlas en escritorios. Se trataba de establecer el precedente de que la compañía invierte en las cosas que crean valor para el cliente, pero no gasta en aquello que no lo hace.
Hoy, Amazon es una del puñado de compañías con un valor superior a 1 trillón de dólares. Y lo que ha llevado a la compañía a ese éxito ha sido su estrategia de innovación recurrente.
Recomendado por LinkedIn
Una de las tácticas para llevar esa estrategia de innovación a la práctica cotidiana en todos los niveles de la compañía es el concepto de los "equipos de dos pizzas":
“Ningún equipo debe ser tan grande como para que se necesiten más de dos pizzas para alimentarlo. Lo ideal es que el equipo esté formado por menos de 10 personas: los equipos más pequeños minimizan las líneas de comunicación y reducen los gastos generales de burocracia y toma de decisiones. Esto permite a los equipos de dos pizzas dedicar más tiempo a centrarse en sus clientes y EXPERIMENTAR e INNOVAR constantemente en su beneficio, la mayor prioridad de los equipos de alto rendimiento en Amazon.”
Experimentación rápida / Google / El movimiento se demuestra andando.
No hay innovación sin experimentos. Y en ese ámbito, Google ha escrito el libro (literalmente). También ellos fueron una pyme en su pasado reciente. Y también están en el club de las compañías con un valor superior a 1 trillón de dólares. ¿Cuál es el secreto de una compañía que es capaz de crear productos innovadores de éxito a mayor velocidad que nadie? Moverse rápido.
Design Sprint es una metodología creada por Google Ventures para pasar de una idea a un prototipo testado con clientes reales en cinco días. Ese es exactamente el tiempo que un equipo formado por cinco personas tardó en crear Google Meet, la solución de videoconferencia de Google que hoy utilizamos centenares de millones de personas a diario. Y que Google, y cada vez más compañías de todo el mundo (también pymes) utilizan para incrementar su productividad con nuevos negocios.
La clave en este caso es entender que, por defecto, nadie sabe cómo es un nuevo producto de éxito. No existe aún. Y por ese motivo, es necesario desarrollar experimentos que nos permitan crearlo. Cuando queremos optimizar un proceso ya existente, tiene sentido analizar los datos del pasado. Cuando queremos innovar, cada experimento es una ventana a los datos del futuro.
Thomas Edison es considerado como el mayor inventor de la Historia de EE.UU. Su récord de patentes globales (2.232) ha estado vigente hasta el año 2003. Su récord de experimentos hasta conseguir una de las invenciones más importantes de la humanidad -la bombilla- sigue vigente: 1.000.
Lo que Google ha inventado es un proceso de trabajo para reducir y acelerar ese recorrido de experimentos, poniendo la innovación al alcance de todos. El procedimiento está descrito en este libro.
Y explicado con todo detalle, incluyendo todas las herramientas necesarias para su implementación, y en su versión 2.0 que reduce un 20% el tiempo requerido, en este curso, que hemos creado pensando justo en las empresas españolas.
Aplicar estas dos prácticas de éxito contrastado está al alcance de todos. No requiere ni de grandes equipos ni de mucha tecnología. Sólo de voluntad de aprender y de constancia al hacer.
Pide un par de pizzas y muévete.