Planes de acción climática y ciudades: ¿Qué tienen en común los planes de acción climática en relación a la movilidad urbana?

En el contexto del cambio climático, las ciudades se encuentran en la primera línea de acción y adaptación debido a su alta concentración de población y actividad económica. Varias urbes han puesto el tema en agenda tomando medidas para mitigar su impacto climático. Entre tales acciones, encontramos los planes de acción climática que abordan diversas áreas, con un enfoque particular en la movilidad urbana sostenible.

Iniciativas como la expansión del transporte público eléctrico, la creación de infraestructuras para bicicletas y la promoción de vehículos y zonas de bajas emisiones son solo algunas de las estrategias adoptadas.

Los planes de acción de descarbonización de la movilidad en ciudades suelen compartir varios elementos clave, ya que todos buscan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire urbano. Analizando los planes de acción climática de varias ciudades alrededor del mundo, encontramos algunos componentes comunes.

Veamos:

1. Fomento del Transporte Público: Impulsan el uso de autobuses, tranvías, metros y trenes eléctricos o de bajas emisiones, mejorando la infraestructura y la frecuencia del servicio.

2. Promoción de la Movilidad Activa: Incentivan el uso de bicicletas y caminar mediante la creación de ciclovías, zonas peatonales y programas de bicicletas compartidas.

3. Electrificación del transporte: Aumentan el uso de vehículos eléctricos mediante incentivos fiscales, la instalación de estaciones de carga y la renovación de las flotas públicas y privadas.

4. Reducción del uso del automóvil privado: Implementan medidas como peajes urbanos, zonas de bajas emisiones y restricciones de circulación para vehículos contaminantes.

5. Desarrollo de infraestructura de carga: Facilitar la transición a vehículos eléctricos mediante la instalación de puntos de carga accesibles y rápidos.

6. Fomento de combustibles alternativos: Promover el uso de biocombustibles, hidrógeno y otros combustibles sostenibles en el transporte.

7. Planes de urbanismo sostenible: Intentan promover un diseño urbano de proximidad, que reduzcan la necesidad de desplazamientos largos, promoviendo usos mixtos del suelo, densidades adecuadas, y promover la multimodalidad del transporte.

8. Educación y concientización: Realizar campañas para sensibilizar a la población sobre la importancia de la movilidad sostenible y las opciones disponibles.

9. Incentivos económicos y políticas de apoyo: Ofrecer subsidios, descuentos y otros incentivos para fomentar la adopción de prácticas y tecnologías de movilidad sostenible, así como para promover el ecosistema emprendedor dedicado a la industria del transporte y la

movilidad.

10. Monitoreo y evaluación: Establecen sistemas de seguimiento y evaluación para medir el impacto de las medidas implementadas y ajustar las políticas según sea necesario.

En Europa, varias ciudades se destacan por sus avanzados planes de acción climática enfocados en la movilidad sostenible. Copenhague es un ejemplo emblemático con su ambicioso objetivo de ser carbono neutral para 2025. La ciudad ha invertido significativamente en infraestructura ciclista, convirtiéndose en una de las ciudades más amigables para las bicicletas en el mundo, y ha promovido el uso de vehículos eléctricos y el transporte público eficiente. Ámsterdam, en los Países Bajos, también ha implementado políticas robustas, como la expansión de su red de bicicletas y la prohibición de vehículos de combustión interna para 2030.

En América Latina se destacan ciudades como Ciudad de México, que ha implementado el programa "CDMX Climáticamente Responsable", que incluye la expansión de su sistema de bicicletas compartidas "Ecobici" y la promoción de vehículos eléctricos. Quito ha lanzado el "Plan de Acción Climática 2040", que incluye la electrificación de su sistema de transporte público, mejoras en la infraestructura para bicicletas y la implementación de corredores verdes.

Este tipo de iniciativas no solo abordan los desafíos del cambio climático, sino que también buscan crear ciudades más habitables y resilientes para sus ciudadanos.