Plantar cara al conflicto
Que levante la mano quién en los últimos 3 meses ha tenido un conflicto con la familia, con amigos o en el trabajo.
Me imagino un auditorio lleno con todos los asistentes levantando sus manos. Y es que el conflicto es inherente al ser humano y por lo tanto es un aspecto inevitable en las relaciones con los demás. Muchas veces el conflicto es imposible de evitar por lo que hay que ser consciente de ello y tener los recursos suficientes para que el conflicto no se convierta en algo destructivo, sino que una vez superado todos los implicados salgan reforzados del mismo.
Hay que ser optimista y ver el conflicto como algo positivo. El conflicto evita estancamientos, estimula la curiosidad y es la principal fuente de cambios personales y sociales. El conflicto no gestionado correctamente puede caer en situaciones antagónicas no rescatables.
Ya desde pequeños muchas veces nos enseñan a evitar las situaciones de conflicto, yo incluso me he visto en algún momento diciéndole a alguno de mis hijos que se alejaran de la situación conflictiva ya que es lo más sencillo, pero
¿por cuánto tiempo podemos evitar el conflicto?
En las empresas como en cualquier otro entorno el conflicto está en el día a día de todos los colaboradores y sin las herramientas adecuadas el conflicto se perpetua desencadenando problemas en la productividad, absentismo y un clima laboral que convierte el lugar de trabajo en un martirio para los que acuden cada día.
Lo más fácil en ocasiones es evitar las situaciones conflictivas y eliminar aquellos aspectos que consideramos conflictivos pero todo ello puede tener conllevar una pérdida.
Atrevámonos con el conflicto incorporándolo a la realidad de las empresas, que todo el mundo sepa que si hay un conflicto van a tener una ayuda para poder resolverlo de la mejor manera, sin daños colaterales.
Convertir a supervisores o a personas con especial habilidad para la resolución de conflictos en mediadores que ayuden a resolver disputas puede ser una solución muy aplaudida. Y desde luego no nos cansemos nunca de aprender y poner en práctica las principales herramientas para la gestión de conflictos: comunicación y escucha eficientes.