PODER POLÍTICO
Eduardo del C. Hernández / Diario de Yucatán
Hipocresía solidaria
Los partidos y sus políticos dejaron de figurar en la escena mediática nacional y locales puesto que en la perspectiva de éstos no les es rentable para sus mezquinos intereses la desgracia recientes, como los sismos del siete de septiembre que redujo a escombros y muertes en Oaxaca y Chiapas y ahora el del 19 de septiembre con mucho mayor impacto en la Ciudad de México justo 32 años después de la devastación de 1985, además de Morelos, Guerrero, Puebla y Estado de México.
El infortunio en el ámbito de lo público les mantienen al margen los institutos políticos y sus liderazgos, la sociedad civil les rechaza con razón al considerar oportunista y falsa su intervención, por ello con puntualidad orientada hacia Oaxaca las críticas hacia el partido afín en esa entidad les señaló la pretensión del lucro a través de un centro de acopio.
Dada la situación de emergencia ha sido la propia ciudadanía que en la Ciudad de México ha intervenido para proceder a rescatar de entre la mole de concretos y varillas a las personas sobrevivientes y a los que no, una solidaridad reconocida en el mundo donde sólo se permite la suma de las autoridades de gobierno por su capacidad de infraestructura en este tipo de desastres. Aún así ésta aprovecha la desgracia para sus intereses facciosos.
Echada la mirada hacia atrás también en septiembre aquel 1988 no se olvida aún al huracán Gilberto, uno de los ciclones tropicales más intensos y destructivos en particular para los territorios de Quinta Roo y Yucatán, les pegó incluso a las zonas e infraestructuras turísticas de mayor actividad socioeconómica.
Uno de los fenómenos meteorológicos más intensos hasta que el Huracán Wilma lo superó en 2005, también es uno de los ciclones tropicales con mayor extensión de la historia. Pero Gilberto continua como el más intenso que ha tocado tierra en México.
Tabasco, en particular la capitalina ciudad de Villahermosa, fue igual avasallada por los históricos 1 mil milímetros de lluvias que cayeron sobre su geografía entre el 27 y 31 de octubre de 2007, de modo que el primer cuadro y sus alrededores fueron avasallados en importantes centros poblacionales con alturas hasta de tres metros de la precipitación.
Veracruz también ha sido motivo de la voracidad de los fenómenos climatológicos con afectaciones considerables en reiteradas ocasiones, como ocurrió ahora de igual manera en municipalidades de mayor plusvalía como Boca del Río.
En política la devastación cuando menos en el sureste mexicano para los partidos políticos no tienen nombre y apellido, que les pudiese redituar para sus pretensiones, sobre todo en el mes de septiembre que no sólo es patrio sino que además ha sido negro para esta comarca.
Iniciados los procesos electivos para renovar autoridades de gobierno para el ámbito local y federal en todo el país, quienes sean abanderados como candidatos a Presidente de la República y en la región las gubernaturas de Veracruz, Tabasco, Chiapas y Yucatán tendrán que comprometerse todos de manera convincente, si es que en verdad están decididos a resultar electos por la voluntad popular manifestado en las urnas.
Los estados del sureste como el resto del país del que se evidencia cada vez más su impotencia para hacer frente a los fenómenos de la naturaleza exigirán con toda la razón exigirán un plan maestro en el esquema de un plan integral de protección civil en provecho de salvaguardarle a su integridad como sociedad y al patrimonio particular.
Partidos y candidatos están obligados a asumir el rol de comprometerse con la juramentación a representar los intereses para mirar por el bien común y los intereses de la ciudadanía electora que ya no aguantaría un desdén más.
Bitácora
El sismo de magnitud 8.2 grados que pegó a 17 entidades del país pero sobre todo al sureste mexicano no fue una mera percepción sino una realidad sin precedente alguno, jamás se pensó en el imaginario que ocurriría con tal saña. Cierto es que Chiapas y Oaxaca son territorios donde ocurren movimientos sísmicos menores a diario, pero la intensidad con que se dio activó la alerta. La naturaleza e imprevisible, no tiene palabra, aún menos en términos de la sobre explotación de la humanidad.