PONER LÍMITES Y DEFINIR ROLES EN LAS RELACIONES DE LAS EMPRESAS FAMILIARES

Al trabajar con empresas familiares es común mezclar las relaciones familiares con las empresariales, por lo cual, una exigencia en las tareas en la empresa puede (y suele) tener impacto en las relaciones familiares, y de igual manera, un problema en el ámbito familiar, se traslada a la empresa…

 Y en este contexto difuso y ambiguo, están las responsabilidades que cada uno asume…

 Como la empresa es “de todos”, deberían cuidar el todo, pero, a la vez, se tienen “tareas específicas”, y cada uno deberían ocuparse de las mismas y no del todo.

 La falta de definición o de delimitación de este aspecto genera dificultades en el funcionamiento.

 Y las conversaciones suelen darse de la siguiente manera (imaginemos una conversación entre un padre y un hijo):

 -       Hijo: ¿Por qué yo debería hacer eso?

-       Padre: Porque la empresa es tuya.

-       Hijo: Pero eso es responsabilidad de “tal” hermano/a.

-       Padre: Si, pero la empresa es de todos.

-       Hijo: Entonces, por qué eso no queda a mi cargo.

-       Padre: Porque esa es la responsabilidad de tu hermano/a.

-       Hijo: Entonces, yo quiero tener el rol de control de mis hermanos/as para poder asegurarme de que lo hagan.

-       Padre: No, eso yo hago.

-       Hijo: Entonces decile.

-       Padre: Bueno, dejá nomás, si no querés hacer eso, se nota que no estás comprometido.

-       Hijo: Necesito definir mi rol en la empresa.

-       Padre: Y está eso, vos sos el encargado de “tales cosas”…

-       Hijo: Y eso no incluye hacer lo que mi hermano/a no hace.

-       Padre: Así mismo, claro que no. Pero si yo te pido tenés que hacer.

-       Hijo: Pero estamos en lo mismo entonces.

-       Padre: Si, pero la empresa es tuya, pero entiendo, no querés hacer, dejá nomás.

-       Hijo: No, solo quiero que se defina mi rol.

 Y esta conversación puede seguir días, semanas, meses y años.

 El límite que hay que establecer o definir es cuándo somos “todos” y cuándo somos “cada uno”, cuándo nuestro aporte es a toda la empresa y cuándo debe ser de nuestras funciones específicas.

 E incluso antes, ¿tenemos funciones específicas?

 Para lograr poner límites a las relaciones en las empresas familiares se podrían recorrer estos pasos:

1. Definir roles de cada uno.
2. Definir tareas según esos roles.
3. Definir gestión esperada según los roles y las tareas.
4. Definir la información que debe proveer al directorio o equipo gerencial (buscando que la información contribuya a un “tablero de control”)
5. Definir consecuencias de la inacción frente al rol, las tareas y la gestión esperada.
6. Definir canales de comunicación para informar de eventualidades (ausencias, inconvenientes, pedidos de ayuda, etc.)

 Y esto supone invertir tiempo en llegar a acuerdos, a tomar decisiones y a asumir las consecuencias de estos acuerdos y decisiones.

 Si estás en una empresa familiar, ¿les pasa esto?, ¿falta delimitar y definir roles de los integrantes de la empresa familiar?, ¿te gustaría aprender a hacerlo?