¿Por qué dejé la vida godín? Spoiler: no fue solo por emprender 👀

Después de mucho tiempo intentando mantener vivo ese sentido en la oficina, me encontré frente a realidades que, poco a poco, iban desgastando ese propósito. Fue como si el espíritu que alguna vez me motivó a conectar a personas con oportunidades empezara a desmoronarse en un sistema donde lo importante parecía ser otra cosa. Me di cuenta de que, en el entorno corporativo, a veces las mejores intenciones quedan atrapadas en un ciclo de lealtades mal enfocadas, motivaciones torcidas y una falta de claridad en lo que realmente significa liderar o formar equipo.

Al final, creo que llega un punto en el que uno tiene que mirar con honestidad lo que hay a su alrededor y preguntarse: ¿a quién le estoy dedicando mi tiempo? Como decía Aristóteles, la virtud está en encontrar un equilibrio. Y cuando uno siente que el equilibrio ya no está, o que el propósito se ha perdido en algún momento del camino, es necesario dar un paso atrás y reflexionar. Esa reflexión fue la que me empujó a salir del engranaje de lo esperado y a construir algo donde esas lecciones sean la base, no la excepción.

Ser “cupido laboral” y ver cómo eso se iba desmoronando 💔

Puede sonar extraño, pero había algo especial en ser ese “cupido laboral” que conecta a alguien con un trabajo que podría darle un giro a su vida. Aunque el trabajo de oficina nunca fue mi gran sueño, reclutar tenía su magia. Un pequeño cambio de mi lado podía representar un cambio importante en la vida de alguien. Pero, con el tiempo, me di cuenta de que ese propósito estaba cada vez más opacado, atrapado en dinámicas y políticas que parecían diseñadas para desvanecer cualquier chispa de entusiasmo. Reclutar pasó de ser un rol con significado a un trámite más, y fue entonces cuando supe que mi tiempo en ese mundo estaba contado.

Lealtad al objetivo, no a las amistades 🎯

Algo fundamental que aprendí fue que la lealtad mal enfocada puede ser la perdición de un equipo. Vi cómo la lealtad a ciertas personas o grupos de amistades frenaba el crecimiento y creaba un ambiente en el que se protegían intereses personales, no el objetivo en común. Lealtad al propósito, no al amigo. Ese fue uno de los mayores aprendizajes que me llevo: el verdadero equipo es el que avanza junto hacia el propósito, y no se pierde en favoritismos.

Es un aprendizaje que aplico en Caleido Hub y Buena Onda, donde quiero que el compromiso esté en el objetivo compartido, no en quién cae mejor a quién. Cuando el objetivo es el centro, el equipo avanza.

Incentivar el aprendizaje, no sobrecargar a los que destacan 📚✨

Me crucé con personas que tenían un interés genuino por mejorar y aprender. Gente que encontraba en su trabajo algo más que una fuente de ingresos, algo que los mantenía despiertos y los hacía querer crecer. Pero, en lugar de fomentar ese entusiasmo, muchas veces vi cómo la organización lo usaba como excusa para cargar a esas personas con más responsabilidades. El deseo de aprender no debería ser sinónimo de asumir el trabajo de otros. (Y de paso, espero que algunos ya hayan aprendido a hacer órdenes de compra por sí mismos 😆).

Es una lección que me llevo muy en serio en mis propios proyectos: si alguien quiere aprender, es algo que se debe incentivar, no ver como una oportunidad para quitarle responsabilidades a los demás.

La transparencia es la base de cualquier equipo 🤝

Uno de los momentos más duros fue cuando, tras mucho esfuerzo, me hicieron creer que había recibido un aumento por mi buen desempeño. Al final, resultó ser una simple “renivelación,” sin relación alguna con mi trabajo. No fue el tema del dinero lo que me afectó; fue ver cómo se manejaba la confianza como si fuera un recurso desechable. Me prometí que, en mis propios proyectos, la transparencia sería la base de todo. Porque sin transparencia, la confianza se convierte en un espejismo, y el equipo se debilita desde adentro.

En palabras de Sócrates, “una vida sin examen no merece ser vivida.” En el contexto laboral, esto se traduce en que un equipo sin honestidad no merece ser liderado. La transparencia es lo mínimo que cualquier miembro de un equipo debería esperar. Sin eso, el respeto se convierte en una fachada.

Escucha y actúa: a veces, eso es todo lo que un buen líder necesita hacer 🦻

Cuando alguien en tu equipo expresa su incomodidad, escuchar es lo mínimo que puedes hacer. El respeto y la empatía no son una moda, son la base de cualquier equipo sólido. Si un colaborador te está diciendo que algo no está bien, tómate un minuto para escuchar y actúa en consecuencia. La vida de oficina me enseñó que muchas veces la gente solo quiere ser escuchada. En mis equipos, he aprendido que estar ahí para ellos es más valioso que cualquier política corporativa.

Entonces, ¿por qué dejé la vida godín?

Al final, mi salida no fue solo una cuestión de emprender, sino de tomar una decisión de vida. Fue una manera de crear algo diferente, un espacio donde la confianza, la transparencia y el propósito realmente sean los pilares. Caleido Hub y Buena Onda son el intento de construir algo en lo que pueda creer, donde el trabajo sea una extensión de lo que somos y no solo una serie de tareas que hacer.

Si algo aprendí, es que quiero un equipo en el que la lealtad esté en el proyecto, en que el entusiasmo por aprender sea incentivado y donde cada voz tenga su lugar. Porque, al final del día, eso es lo que realmente importa.