¿Por qué es importante que hagas zoom out a tu cotidianidad?
Mira más allá de lo que está frente a ti. Cuando te sientas arrinconado, date cuenta que esa jaula que te impone límites está más en tu cabeza que en la realidad. Eres un propósito, no una actividad o producto específico.
Las marcas han tenido que entenderlo porque o lo hacían o quedaban fuera de la competencia. Hoy el marketing con propósito social, que nada tiene ver con vender shampoo, gel, gansitos o televisiones, es una tendencia a la que por fuerza deben prestar atención. Una refresquera tiene que emitir su postura respecto a la equidad de género. Una aseguradora se manifiesta a favor de la comunidad LGBT y realiza activaciones al respecto. Una marca deportiva emite pronunciamientos ante manifestaciones raciales. Las marcas, sea cual sea el giro, tienen una identidad y una opinión que comunicar al mundo.
Con las personas ocurre algo semejante. No en cuanto a manifestaciones sobre temas sociales, que forman parte intrínseca de su ser, sí sobre el modo en que visualiza su trabajo, en que entiende lo que hace y, sobre todo, los alcances de lo que hace. El periodista que se quede pensando que lo suyo es solo generar notas quedará obsoleto, si no es que ya lo está. El restaurantero que piensa que no requiere aliados tecnológicos para mejorar su atención a cliente y el servicio a domicilio tanto propio como externo acabará fracasando. El escritor que no piensa en audio se está perdiendo de una nueva tendencia para presentar su contenido aunque haya un cambio de formato.
Simón Sinek lo explica como nadie. Llama a trazar un Golden Circle para con tres preguntas cambiar la misión de una empresa. Qué, cómo y por qué. Pone a Apple y otras tecnológicas como ejemplo. Habla de que unas se quedaron en el qué, es decir, en vender computadoras o celulares. Apple, en cambio, entendió que sus computadores y teléfonos (qué) con una atención obsesiva por el diseño (cómo) no eran más que un método para cumplir con el objetivo mayor de desafiar el status quo (por qué).
Esa amplitud de visión no solo entregó a Apple un liderazgo en ventas y en percepción (incluso cuando no por fuerza sea el de más calidad técnica) en los productos que desarrolló, sino también le permitió entender que ahí donde hubiera una oportunidad para casar diseño, tecnología e innovación podía competir sin que la audiencia viera como un absurdo que estuviera ampliando su campo de acción.
En una época de múltiples desafíos y responsabilidades, es clave acabar con la miopía del qué. El qué del periodista es investigar, cuestionar y generar historias. El por qué puede ser tan grande como impulsar un mundo más incluyente, que erradique el odio entre semejantes. Con esa amplitud de visión, el periodista podría pensar en cómo generar un movimiento social a partir de datos e historias humanas. No es la nota diaria, no es un reportaje especial. Es una visión que involucra sus capacidades técnicas y las transforma en algo más grande que un texto, un audio o un video publicado por un medio de comunicación. El Golden Circle de Sinek no es más que una invitación a hacer zoom out a ese rincón en el que hemos decidido meternos.
Corresponde a cada quien trazar su propio círculo. El resultado no tiene que ser igual ni siquiera entre compañeros de profesión. Entiende qué haces, cómo lo haces y, ante todo, por qué lo haces. Si eres capaz de dar con las respuestas, será más complicado que este mundo de exigencias conectadas termine haciéndote víctima de ansiedad. El qué encierra. El porqué te libera para que hagas con él lo que sea que te propongas.