¿POR QUÉ HOY SER CULTO ES IR A CONTRACORRIENTE?
Hace mucho que esbocé este artículo, que será el primero de tres que postearé seguidamente y que se basan en reflexiones, y algunas críticas también, de temas que considero importantes y que son una verdad acida, una verdad social (outsight) que muy pocos se atreven a comentar, debido a ese buenismo toxico reinante y el buen rollito color rosa que ha conquistado nuestro rol profesional y personal que suele sacarnos de la realidad.
Ejemplo de ello es que este artículo antes de subirlo se lo hice leer a un amigo con el cual suelo colaborar en temas de marketing y lo primero que me dijo me dijo fue: ¿estás seguro? LinkedIn se ha vuelto el nuevo Facebook, ahora todos son grandes lideres, mejores personas y trabajan en las mejores empresas del mundo, que curiosamente todas estaban en Lima y nadie sabía…
Después de una risa y darle la razón, obviamente, le comenté que también hay otras personas que están allí, que mantienen un pensamiento crítico y que son conscientes de la diferencia entre la realidad y la percepción, además, esto es un simple ejercicio catártico para mantenerme enfocado y que si cala en siquiera en un par de personas estaré satisfecho.
Ahora bien, vayamos al grano, ¿Qué es ser culto? en principio, por alguna razón en el transcurso de los años que he vivido he tenido la sensación de que mucha gente por lo general ha asociado o relacionado la palabra con el estatus social y el conocimiento que por ende, se puede acceder por el mero hecho de tener dinero, lo cual obviamente es un error, y definitivamente creo que a muchísima gente le gustaría más ser rica que culta, pero es ese es otro tema; según la RAE este adjetivo se define como: “Dotado de las calidades que provienen de la cultura e instrucción” y cuyos sinónimos son: educado, instruido, ilustrado y civilizado. En mi caso esta palabra siempre tuvo un significado muy importante, y permítanme contarles por qué y cómo se convirtió en el germen de mi crecimiento personal y por consecuencia profesional.
Como hijo de padres separados, durante mi niñez, adolescencia y demás, vi menos veces a mi padre de las que me hubiese gustado, sin embargo, las charlas que tuvimos en el transcurso de los años siempre marcaron una diferencia y hubo dos de ellas, derivadas de momentos y situaciones distintas, que me enseñaron muchísimo en la vida y que al día de hoy siguen guiándome.
La primera de ellas fue camino a algún sitio en el auto, él mi madre conversaban de algo y Yo estaba en el asiento trasero, y me buscó la mirada por el retrovisor y me dijo con tono impositivo: “tienes que ser una persona culta” y añadió, para eso debes entender que significa ser culto y lo primero que debes tener en cuenta para llegar a serlo, es caminar por el medio del camino, porque todos se irán hacia la izquierda o hacia la derecha, tu sigue siempre por el medio y serás culto… (esto último fue algo que años después entendí, lo de las ideologías de porquería).
En ese momento pre adolescente creía que de alguna manera ya era un tanto culto, por que leía muchos libros, ya sea en casa o en la biblioteca del colegio, y le respondí a mi padre: Yo leo muchos libros, entonces creo que voy a ser culto. Y él me replico: “Ser culto es saber en qué mundo es el que vives y como te afecta lo que suceda en él, no solo leer libros, ir al colegio o a la universidad”. Obviamente, al llegar a casa lo primero que hice fue buscar la palabra en el diccionario y verificar que Yo tenía algo de razón, ser culto también tenía que ver con conocimiento o instrucción como se lee líneas arriba, y eso para mí “Yo” pre adolescente tenía que ver con libros, pero había otro factor que también era importante, CULTURA, en ese momento no tenía claro que era exactamente y fue con el paso de los años y los conocimientos que por lógica iba adquiriendo que tuve la oportunidad de entender y comprender como el factor cultural era determinante para ser culto o no.
Ser bueno es el único modo de ser dichoso, ser culto es el único modo de ser libre. José Martí
Y como entenderán es inevitable que surja otra pregunta: ¿Qué es la cultura? (Abro este paréntesis para decirle, nuevamente, a un alumno de un taller que dicte de pensamiento crítico, que seguro leerá este articulo: No, la respuesta a esta pregunta no es la cultura incaica). La cultura es un determinante fundamental de los deseos y comportamientos de las personas, es la sumatoria de valores, principios, moral, creencias e incluso fe, que fueron transmitidos por nuestros padres y los padres de ellos, por nuestro entorno, nuestro estilo de vida e incluso nuestro nivel socio económico, o por factores adicionales y de referencia secundaria como nuestra propia nacionalidad para bien o para mal. Dicho esto, es evidente la importancia absoluta del factor cultural para poder entender y comprender el mundo que nos rodea, asimilar el conocimiento y poder ser consecuente con ello, y sobre todo impulsar un pensamiento crítico que nos libre de la manipulación que “elimine esa certeza ignorante e impulse la veracidad” de todo lo que nos rodea en los diferentes roles que nos toca vivir como personas, tanto profesional como personalmente.
Ahora bien, vuelve a sugir otra pregunta: ¿Qué son los valores? Por lo cual querido lector si te preguntará ¿Qué valores tienes? Cual sería tu respuesta, en principio, tienes claro que es un “valor” o responderás como muchas empresas y dirás: tecnología, innovación, esos son mis valores, lo cual evidencia que no entienden la diferencia entre un valor empresarial o de marca, y la forma de hacer las cosas.
Aún recuerdo cuando dicté dentro de un curso, el tema Endobranding e hice un ejercicio de Words Cloud para identificar valores y las participantes pusieron solo 3 valores reales y las demás palabras no eran valores, incluso alguien puso una oración, en donde decia se le hacía difícil ponerse un valor (precio).
Los “valores” desde un punto de vista social, son juicios o conceptos que nos ayudan a definir lo que está bien o mal, lo que puede ser legítimo o ilegítimo, generando y motivando nuestras actitudes y conductas en función al contexto social en el cual nos desenvolvemos. Son a su vez, sin lugar a dudas, un que nos permitan evaluar o preferir desde ideas hasta personas, claro está, en función a los valores que comparten con nosotros, y la única forma de evidenciarlos es a través de nuestros comportamientos.
Tal vez los valores sean la clave para responder a la pregunta que da el título a este artículo.
Pero bueno, debemos entender por qué ser culto hoy es ir a contracorriente, así que sigamos con mi historia, les había hablado de dos momentos, el segundo se dio cuando estando en secundaria, llamaron a mis padres por que habían identificado a unos amigos y a mí, como el grupo de alumnos que se escaparon días atrás por el anexo que daba hacia la iglesia del colegio (si, era un colegio católico con iglesia y todo).
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De ese momento recuerdo dos rostros, el de mi padre serio y el mi madre bastante enojado al escuchar al tutor, mientras tanto Yo pensaba en escenarios posibles al salir del colegio, decidiendo hacia dónde debería correr. Sin embargo, al salir del colegio mi padre con voz seria y mirándome a la cara solo me dijo: “Por qué haces lo que los demás hacen” porque no vas a “contracorriente” se volteó y siguió caminando, a pesar de la insistencia de mi madre, que pedía con el pulgar abajo, decapitación.
Contracorriente, esa palabra se me quedo grabada desde aquel día, y es así que en mi vida personal y laboral voy tal vez a contracorriente, con todo lo que eso significa, ya que su primera connotación tal vez sea, rebeldía o no estar alineado, no ser parte de una manada o ir en contra de la costumbre de la mayoría, incluso recuerdo haber leído alguna vez un artículo que tenía como título "10 palabras que no debes decir en una empresa" y contracorriente tenía el puesto 7; créanme no lo ven bien y no lo ven bien porque por lo general se tiende a hacer una inferencia que abarca absolutamente todo, y con esto me refiero a que si eres una persona que tiende a ir a contracorriente, entenderán que no crees en equipos, no respetas reglas o no eres amigable.
Como Yo lo veo la palabra se asocia más a la capacidad de tener pensamiento crítico, sobre todo hoy en día.
Como anécdota de esto les puedo contar que una vez en una clase de la maestría en donde un docente español que venía por EOI (temas de doble titulación) pregunto: En las empresas donde laboran existen personas que analizan más de lo normal, que siempre evidencian algo que está fallando o ven otra forma de hacer las cosas o incluso no aceptan de manera inmediata lo que el jefe les dice, sin un argumento previo… A lo que una persona del salón enfundada en autoridad dijo: ¡Esos son los negativos! El docente se rio y comento: No, esos son los que generan los cambios reales en las empresas.
Para mí ir a contracorriente siempre fue hacer las cosas creyendo en mí mismo, basándome en mi capacidad, en mis valores, principios y moral, buscando la verdad siempre, apoyándome en mi pensamiento crítico y en mi conocimiento para tener la confianza suficiente para ir brazada a brazada a contracorriente, impulsando mi individualidad que me hace único, sin que esto signifique no ser parte de un grupo en donde la suma de individualidades enriquece y aporta las capacidades y experiencias para lograr lo que sea.
En pocas palabras, hacer las cosas de manera correcta, de manera transparente y sin perjudicar a nadie, pensando en el bienestar de quienes me rodean, profesional y personalmente, porque el respeto por los demás siempre fundamentará nuestra humanidad. Y puedo decir que esto lo he podido vivir en mi vida laboral en una de las unidades de negocio de una universidad por donde pasé una década llena de experiencias, crecimiento y amistades increíbles.
Las cosas muertas pueden ser arrastradas por la corriente, sólo algo vivo puede ir a contracorriente. G.K. Chesterton
Si ir a contracorriente es todas esas cosas ¿Por qué estaría mal a la vista de todos? porque lo normal hoy o la realidad actual, es vivir todo lo nuevo sin cuestionarlo, asumir la información que recibimos como cierta, aun cuando no hemos tenido ninguna experiencia personal con ella, hoy convertimos una ideología en identidad, comprando solo la verdad que nos hace sentir bien, y así, vivimos mintiendo y mintiéndonos a nosotros mismos, con el postureo como currículum y el buenismo tóxico como droga, con silencios cómplices respecto a todo lo malo que sucede a nuestro alrededor a nivel profesional y personal.
En resumen, dejar de ser individuos únicos y pensantes para convertirnos en commodities humanos, personas sin compromiso que solo buscamos en bienestar material, midiendo nuestro éxito solo por el cargo que ostentamos y el sueldo que ganamos, y no por la clase de persona que somos.
Es por eso que hoy ser "Culto" ósea saber cómo es realmente el mundo que nos rodea, teniendo claro que está lleno de infoxicación, mentiras, manipulación mediática e ideologías, y sobre todo falto de valores, es ir a "Contracorriente" y la pregunta es ¿Estás dispuesto a ser culto e ir a contracorriente? a saltar cual salmón para trascender, para lograr lo que quieres lograr, para ser quién quieres ser, por que debes de recordar que para ser un gran profesional primero debes de ser una gran persona, entonces, ¿Estás dispuesto a ser culto e ir a contracorriente?
Existe un proverbio africano que dice: “Hasta que los leones no tengan sus historiadores, los cuentos de cacería siempre glorificarán al cazador” sí, siempre habrá quien te quiera eliminar por ir en contra del status quo, pero nadie te quitará que eres un león y no un ignorante con un arma.
No sé si seré bueno en lo que hago, siento que no me corresponde a mi decirlo, o si llegaré a ser lo que quiero ser, como docente o consultor, como padre, pareja, hermano o amigo, pero lo que tengo claro, es que cada cosa que haré, la hare con convicción, valores, principios y verdad, en otras palabras, siempre a contracorriente de esta realidad actual que espero que cambie.
Felizmente hoy somos cada vez más personas y empresas que creemos en otra manera de hacer las cosas.