¿Por qué las empresas desaparecen al pasar entre generaciones?
El 70% de las empresas familiares desaparecen en la transición de la primera a la segunda generación (hijos), y del 30% restante, sólo el 15% sobrevive a la tercera (nietos). ¿Por qué?
La familia ha sido y continúa siendo una de las estructuras fundamentales de la producción económica. De acuerdo con estadísticas recientes, un 90% de las corporaciones en los Estados Unidos (35% de las cuales están dentro de las 500 corporaciones de la revista “Fortune”) son de propiedad familiar o controladas por una familia. Lo mismo ocurre en los países latinoamericanos.
Sin embargo, 70% de estas empresas desaparecen durante sus primeros 20 años de vida, es decir, no superan la transición hacia la segunda generación, y el porcentaje se incrementa hasta llegar a un 90% en la transición a generaciones posteriores.
Lo habitual es que las compañías desaparezcan cuando su propuesta de valor o modelo de negocio inicial queda obsoleto. Pocas empresas saben o pueden transformarse. Las dificultades para superar el hito de la tercera generación pueden estar en que no se acierte con la renovación del negocio y se ponga en peligro la continuidad de la empresa. Y más en un entorno como el actual, con factores de cambio como la globalización o la digitalización.
Cuando hay más de un hermano en la segunda generación y se reparte la propiedad, la aparición de ramas es un proceso habitual. Se mezclan dos lealtades. Esto suele generar una dinámica de ramas que hace que la familia pierda el foco en la compañía y en el proyecto común.
Las cosas se simplifican en las familias más cortas. Sin embargo, en esos casos también se corre el riesgo de que no haya nadie interesado en tomar el reto. Puede pasar que no haya en la segunda o tercera generación personas con la vocación de emprender para hacerse cargo de la empresa y mantenerla bajo el control de la familia. La profesión de empresario es bastante vocacional y las siguientes generaciones no van a ser necesariamente empresarios.
Dificultad para atraer talento. Algunas empresas tienen problemas para mantener un proyecto empresarial que ilusione. “Uno de los grandes retos es atraer talento, empezando por el familiar. Hay que crear un proyecto atractivo, porque un chico que hace un MBA, que va a tener ofertas de trabajo interesantes en grandes compañías, ha de ver que en su casa tiene un reto y que le van a dejar hacer. Si no, ni siquiera considerará trabajar en la empresa familiar.
¿Qué hacer?
Lo más importante es darse cuenta de que se ha llegado a una fase que requiere un cambio cualitativo, un cambio de modelo de empresa. Se debe producir un cambio estructural pero también un cambio mental.
Hay que entender la sucesión como un proceso que puede llevar de cinco a ocho años, en el que se van transmitiendo de manera gradual funciones y responsabilidades de la generación saliente a la entrante. Este proceso debe ser iniciado por la generación saliente con la antelación suficiente para que la entrante se pueda desarrollar personal y profesionalmente. El objetivo es que sea un relevo natural.
Es necesario clarificar los futuros roles de las personas de la generación siguiente, que pueden ser directivos, consejeros o accionistas de la empresa familiar o desempeñar varios de estos papeles de manera simultánea. Un factor clave es la comunicación entre todos los miembros de la familia empresaria, y que el proceso sea transparente.
Puede acordarse que el próximo gerente no sea parte de la familia, sin que esto implique que se pierda la tradición familiar.
Lo importante es que la familia sea la accionista y como tal responsable de poner a cargo a una persona capacitada que no necesariamente está en casa.