¿Por qué los niños con autismo son tan distintos?
El autismo o Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una discapacidad social que comúnmente es malentendida. Suele pasar desapercibida durante un tiempo debido a que "no se ve", y muchos de los comportamientos y características que son parte del diagnóstico suelen ser fácilmente justificados por los padres de varias formas; Es común también que se confunda con problemas de conducta -niños mal educados- o inclusive llegar a pensar que no escucha porque no siempre voltea cuando le hablas.
Una vez que los padres deciden realizar un proceso formal de diagnóstico, si se confirma la presencia de un TEA, una de las primeras reacciones suele ser la negación, la cual además de ser una parte del proceso normal de aceptación, está muy relacionada a la confusión que se genera en la mente de un padre al considerar que su hijo tiene Autismo, es decir ese trastorno en que-según las películas y la información que tiene- los niños no se dejan tocar, se golpean, se balancean constantemente y parecen estar en su mundo. ¿Pero si su hijo no es así, cómo puede ser que tenga Autismo? Esta duda razonable puede tomar dos caminos distintos, descartar el diagnóstico y seguir alargando el tiempo de espera para recibir atención, buscando alguien que les diga lo que quieren escuchar, o ampliar su conocimiento y sensibilización respecto al tema hasta lograr comprenderlo de modo que este diagnóstico cobre sentido más que como una etiqueta, como un punto de partida.
¿Por que los niños con el mismo diagnóstico son tan diferentes? ¿Cómo puede mi hijo que sí tiene lenguaje compartir el diagnóstico con un niño que no lo tiene? Estas son algunas de las preguntas a las que los padres se enfrentan al recibir este diagnóstico y para responderla tenemos que regresar al mismo nombre Trastorno de Espectro Autista, "Espectro" es la palabra clave, ya que es la que nos indica que el Autismo es en realidad una gama de características muy diversas que pueden presentarse en combinaciones ilimitadas y únicas, formando así niños que aunque comparten características entre sí, y presentan alteraciones importantes en las mismas áreas comunes ( Lenguaje - Interacción - Comportamiento) en apariencia serán muy distintos entre sí, dado que cada uno tendrá una combinación distinta de los diferentes signos. Imaginemos al Autismo como una nube en la que se encuentran todas las diferentes características que lo conforman, y a cada niño tomando diferentes combinaciones de las mismas, el resultado será tan variado como nuestras personalidades, pero esta individualidad sigue correspondiendo en su generalidad a un diagnóstico que explica la presencia de todas esas características presentes al mismo tiempo.
Por ejemplo tendremos un niño de 3 que no responde a su nombre, que le gusta alinear sus juguetes, que se aisla de otros niños, que no le gusta cortarse el cabello , es selectivo con la comida, le gusta girar y caminar de un lado al otro, tiene bajas habilidades motoras y emplea únicamente palabras esporádicas para comunicarse, pero que por otro lado, acepta el contacto físico, sí te mira a los ojos, comienza a seguir instrucciones y no presenta estereotipias. En contraste encontramos a un niño de la misma edad que ya dice oraciones, pero no las emplea de forma funcional, le gusta estar con otros niños pero no juega con ellos, ha aprendido palabras en otro idioma, tiene excelente memoria visual, aprende las rutas de los coches, camina de puntitas y presenta aplausos constantes, no le gusta que le corten el cabello ni las uñas pero no se observa que alinee sus juguetes ni que gire, su constante visual es casi nulo, no presenta juego simbólico, y se molesta mucho ante el cambio de rutinas.
Como podemos observar, cada unos de los niños descritos son muy distintos entre sí, no obstante, ambos cumplen con los criterios para diagnosticar TEA. Es por esto muy importante realizar el diagnóstico con especialistas en el área e informarnos ampliamente sobre el tema, rompiendo las ideas preconcebidas a través de la desinformación. Debemos recordar que la intervención temprana es uno de los factores comprobados como elementos que favorecen directamente el pronóstico del tratamiento del menor. El diagnóstico es tan sólo el principio de una tratamiento adecuado que me ayudará a llenar su camino de logros, no es una etiqueta ni una limitación a menos que nosotros así lo decidamos.
Zyanya García. Especialista en Trastornos del desarrollo.