¿Por qué un proceso de Coaching?

Esta es quizá la pregunta que más veces he escuchado de las personas antes de arrancar un proceso, ya sea que su empresa los haya incluido en el programa, o que acudan por su propio pie en busca de apoyo. Mi respuesta, expresa o no, formulada en tono de pregunta, sería o es: ¿Cómo van las cosas?, la respuesta iría en el sentido de “Bien”, y mi siguiente pregunta sería entonces: ¿Y no podrían ir mejor?, ¿No podrían ir las cosas en tu trabajo, familia, vida personal… ir más allá de un “Bien”?, ¿No podrías sentirte más feliz, más pleno(a), más satisfecho(a)?, ¿No te gustaría dejar de escuchar esa vocecita que resuena en tu cabeza a las 3 de la mañana porque te comiste esa rebanada de pastel, o porque dijiste o no dijiste eso o aquello, o porque hiciste o no hiciste esto o esto otro?, o ¿No te gustaría olvidar un poco el qué dirán y ser un poco más tú?, ¿animarte a iniciar ese proyecto que tanto has postergado?, ¿alcanzar ese sueño que todos te dicen que es imposible?

Nuestro mayor miedo no es ser inadecuados, sino darnos cuenta de que somos extremadamente luminosos, llenos de potencialidades para alcanzar todo cuanto deseemos. A nadie le conviene que nos achiquemos, que juguemos por debajo de nuestro nivel. Nos da miedo darnos cuenta que tenemos el poder de alcanzar nuestros sueños, de alcanzar la calidad de vida que tanto deseamos.

Mi labor como tu coach es acompañarte en ese proceso de reconocer y vencer tus límites, de diseñar un plan de trabajo para hacerlo posible, de desafiarte a alcanzar la cumbre de tus más altas montañas. Un coach de liderazgo al que admiro mucho dice que Liderazgo implica dominar el arte de lo incómodo, es ahí a donde quiero llevarte, a ser capaz de ser el/la líder de tu vida y de tus sueños.