Por que la industria del software tenía y necesita una ley de promoción


La cosa tiene su historia. En el año 2001 Uruguay sacó una ley de promoción muy ventajosa para los desarrolladores de software. Simple y rápida se aplicó sin muchas vueltas ese mismo año. Les daba a las empresas orientales la liberación total del impuesto a las ganancias. Otros países de la región anunciaron ventajas similares de próxima aplicación.

Ante semejante movida el gobierno de la alianza, que tenía al software en alta estima, reflexiono que no podía hacer algo muy diferente, so pena de dejar al software argentino en seria desventaja. El ministro Cavallo estaba al mando y destinó el secretario de comunicaciones Henoch Aguiar con el fin de lograr una herramienta similar. La misma se encuadraría en las leyes de competitividad sectoriales que el ministro venía promoviendo.

Henoch puso manos a la obra muy rápidamente, convocó a un equipo de gente muy idónea en el cual tuve el honor de ser designado como consultor del sector.

Para noviembre del 2001 la ley estaba lista y comenzó a ser aplicada. Nos daba una ventaja interesante sobre los aportes patronales lo cual si bien no llegaba a empardar lo hecho por los uruguayos representaba un dinero interesante. Lamentablemente ese gobierno sólo duraría un mes más en el poder. El nuevo gobierno de Duhalde dejaría sin efecto todas las leyes con ventajas sectoriales, no obstante ante la evidente importancia que se vislumbraba en la industria del software el presidente tomó el compromiso de generar otra ley que diera ventajas al software y cumpliria.

Dos años después gracias a gente como el diputado Alberto Briozzo la ley de promoción de software estaba lista y comenzaría aplicarse ya durante la presidencia de Néstor Kirchner. Si bien daba menos ventajas que la ley uruguaya, tenía costos importantes de implementación, y era bastante farragosa y de compleja aplicación (bien al estilo Argentino), los resultados están a la vista. Una industria que tenía menos de 20.000 trabajadores tiene hoy casi 150.000 con aproximadamente 3.000 millones de dólares de exportaciones anuales. Adicionalmente generó 5 unicornios, entre ellos la empresa más valiosa de la Argentina.

Por otra parte es importante señalar que no se trata una ley que subsidia sino que promociona, o sea que ofrece una ventaja económica a cambio de cumplimentar una serie de condiciones entre las que se cuentan la aplicación de sistemas de calidad internacionales, exportaciones, mantenimiento del plantel de trabajadores y algunas medidas menores adicionales.

Lamentablemente la renovación de la ley que debía comenzar a regir en enero de este año fue suspendida hasta la sanción de una nueva ley más adecuada a las ideas del nuevo gobierno. dicha ley obtuvo media sanción hace dos meses, pero desde entonces espera su tratamiento en el senado y así estamos. Mientras tanto los costos de la aplicación de la ley de promoción siguen vigentes para las empresas pero los beneficios están suspendidos. Ojalá que esto se destrabe rápido por el bien de la industria Argentina de software y el empleo argentino

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