PORQUÉ INVERTIR EN UN DIRECTOR DE SEGURIDAD

El director de seguridad es un gran desconocido en el ámbito empresarial, hoy por hoy, en España, son muy pocas empresas que invierten en el profesional como es el Director de Seguridad.

Tan solo aquellas grandes firmas españolas, con grandes capitales invertidos por todo el territorio español, se han percatado de la necesidad de tener a esta figura profesional entre sus filas.

Siendo así, ¿a qué es debido que el resto no lo haga?.

Las respuestas pueden ser múltiples, pero la más simple, es el desconocimiento total de lo que un Director de Seguridad aporta a una empresa.

Para los empresarios profanos en la materia y en el especial las Pymes, normalmente tienen su seguridad derivada en diferentes subcontratas, es decir; con la mutua la Prevención de Riesgos Laborales, con la empresa de Contraincendios el mantenimiento de los equipos PCI, con una empresa de Seguridad Privada los equipos de videovigilancia y sistemas de Alarmas, y el control de acceso mediante vigilantes de seguridad.

Totalmente legal, no podía ser de otra forma. Pero ahí es donde un Director de Seguridad marca la diferencia.

Un Director de Seguridad, es un experto en diferencias materias, aunque dependiendo el perfil de formación de cada uno, puede estar más especializado en algunas materias que otras.

En la formación básica de un Director de Seguridad, entran campos tan diversos como:

• Conocimientos en Derecho Penal.
• Prevención en Riesgos Laborales.
• Seguridad Física y Electrónica.
• Introducción en Ciberseguridad.
• Seguridad en Entidades Bancarias.
• Protección Civil.
• Ley de Seguridad Privada.
• Análisis y Cálculo de Riesgos.
• Seguridad Patrimonial.
• Protección de Datos
• Dirección y Planificación de Seguridad
• Fenomenología Delincuencial.
• Gestión de Recursos Materiales.
• Colaboración con la Seguridad Pública.
• Protección Contraincendios.

Todo ello bajo un perfil deontológico profesional.

Un Director de Seguridad es aquél profesional que vela por los intereses de la empresa contratante, por lo tanto, de todas las personas y del patrimonio para que estén seguros en todo momento.

Es el profesional, que cuando realiza su trabajo con eficacia, y mantiene un alto grado de seguridad en la empresa, da la sensación de que la seguridad no es necesaria.

Lo cual, es un falsa apreciación de seguridad, ya que, cuando estamos seguros bajamos la guardia y es cuando la inseguridad se vuelve a instalar en la empresa en sus diferentes facetas.

El Director de Seguridad, para poder ofrecer planes preventivos que anulen o mitiguen las amenazas, debe realizar la identificación, el análisis y evaluación las mismas, para qué, con los planes realizados, y conforme a los datos recibidos, esas amenazas no se conviertan en vulnerabilidades y por lo tanto en riesgos.

Parte del trabajo del director de seguridad es revertir todo su trabajo en la mejora de la cuenta de resultados de la empresa, de qué forma, mediante la prevención, que evitará que, por culpa de un siniestro, la actividad empresarial se vea obstruida o paralizada, y en el caso de que se manifieste el siniestro, éste afecte lo menos posible y así reducir al máximo los gastos de inversión para la reactivación de la actividad.

E inclusive, buscar el mejor resultado posible, con el mínimo gasto, sin que se pierda eficacia y calidad por coste.

¿Pero que perfil de Director de Seguridad necesitamos para nuestra empresa?

Aquél que esté habilitado como tal, y que esté en formación constante.

Y esto es debido a que las mejoras de vida y del hacer negocio actual, cambian constantemente, lo cual, genera nuevos retos y por lo tanto nuevas amenazas.

El Director de Seguridad, tiene que estar formándose cada día de su vida profesional, para dar la mejor respuesta a esas nuevas vulnerabilidades que surgen en el trajín del día a día, mes a mes, año a año.

Aquella empresa, que sea capaz de captar a un Director de Seguridad con esa actitud, hará de su empresa un lugar seguro, donde producir y generar nuevas oportunidades de negocio. Ya que, ésta se encuentra con la fuerza y los medios necesarios para poder crecer en confianza.