Praderas una alternativa sustentable frente al césped

Si eres propietario de un gran jardín o parque es probable que el costo de mantenimiento de un césped de buena calidad te resulte importante.

Los gastos derivados de cortes, fertilizaciones, resiembras y, sobre todo de ese bien tan escaso que es el agua, llevan a replantearnos la sustentabilidad de la carpeta verde tal cual la conocemos hoy en día.

A partir de esta inquietud podemos evaluar el uso que se le da al área. Podemos reducirla a las dimensiones indispensables y transformar las restantes.

La transformación puede darse a partir de un replanteo y nuevo diseño paisajístico o a su transformación en una pradera.

¿Qué es una pradera y qué beneficios aporta?

A diferencia del césped que se encuentra formado por una combinación de gramíneas, una pradera está constituída por especies de hoja ancha (dicotiledóneas) y a lo sumo una o dos gramíneas.

El aspecto que se logra es "silvestre". Numerosas flores hacen su aporte de color y atraen a insectos y aves al jardín.

El mantenimiento se reduce drásticamente, las siegas se realizan una o dos veces al año. La resiembra se hace principalmente con especies nativas o naturalizadas como el diente de león, rúcula, llantén y borraja.

Para regar emplearemos el 20% del agua necesaria para un césped tradicional. Es decir entre 1 y 2 litros por metro cuadrado y por semana, frente a los 8 o 9 que requieren las gramíneas.

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