Preparémonos para lo que viene

Keep calm….it´s the new normal!!!

Todo ha cambiado en los últimos meses. Desde normas de relacionamiento personal hasta la manera en que trabajamos. ¿Que más nos depara la nueva normalidad? Repentinamente el concepto de home office parece ser la regla y no la excepción. Las compras de supermercado son virtuales para millones de personas que antes de marzo no lo hubieran imaginado así. Ver a la familia en video llamadas ahora permite visitas virtuales quizá más frecuentes que las que hacíamos de manera presencial. La familiaridad y en contacto físico, algo tan preciado en México se ha limitado al extremo.

Los grandes cambios, para bien o para mal, en muchos de los sectores en la actividad industrial y comercial reflejan desde ya una nueva conducta entre colaboradores y empleados, clientes y consumidores.

La desaparición o casi desaparición de empresas e industrias, las hiper evolución de equipamientos de oficina, de las tecnologías de información, y de gadgets y dispositivos móviles han sorprendido a muchos dentro de mi generación. Si, soy un "Baby Boomer" nacido en 1956, y aun me sorprende y me estimula el cambio.

Para los “Baby Boomers” lo que estamos viviendo hoy no ha sido el primer cambio dramático que experimentamos en la sociedad. Fuimos el resultado de un incremento sin precedente en la natalidad, vivimos una época plagada de movimientos y revoluciones políticas y sociales, somos quienes experimentamos el surgimiento de los derechos para mujeres y gays mediante una revolución sexual que aún no termina, quienes atestiguamos el inicio de la lucha contra el racismo, quienes gozamos de uno de los periodos más creativos de los últimos 100 años. La música de los Beatles y de Miles Davies, el cine de Kubrick y Buñuel, los diseños de Pierre Cardin e Ives St. Laurent son los nuestro.

Es más, fuimos de los que jugaban con nuestros amigos en las calles. Las canicas, el trompo y el yoyo mostraban nuestras habilidades. Las escondidas y los encantados nos hacían pasar tardes activas y entretenidas. El avión y las carreteritas llenaban de trazos hechos con gis las aceras y el asfalto de la calle frente a casa.

El legado de esa época, menospreciado por algunos es muy relevante el día de hoy. Valoramos nuestro trabajo y la estabilidad que nos brinda, somos más disciplinados y leales a la chamba y a las empresas que enmarcan nuestras vidas. Trabajamos duro y educamos a nuestros hijos para trabajar, y valorar y defender los logros sociales que conducen a un mundo más justo. Fuimos quienes tomamos responsabilidad en el control de la natalidad, la píldora nos ayudó mucho, en particular a las mujeres. Hoy, todo el mundo cambiante y convulso de esos años nos ha hecho una generación que busca la paz y la libertad.

La dinámica del momento actual hace aún mas valiosa la experiencia de mi generación. Somos más pacientes y mantenemos una visión de mediano y largo plazo, planificamos mejor y somos más cuidadosos con los recursos. Somos mejores maestros y mentores, más constructivos y críticos mas educados y sensibles. Con frecuencia tenemos intereses más variados y entretenidos. La lectura y la introspección no son actividades lejanas a nosotros.

Las generaciones recientes, de la X a la Z están llenas de nuevas experiencias y una escala de valores diferente. Cada generación demuestra activos distintos y todos necesarios ante el panorama del mundo en medio de la pandemia.

No se trata de especular quien es mejor, quienes tienen la razón, y menos de aventurarse a un enfrentamiento entre generaciones. Se trata de complementar activos generacionales.

El desencanto y actitud de reto de la Generación X después de las crisis económicas de los 70’s y 80’s, su impaciencia, la percepción de apatía que ellos tienen sobre los “Baby Boomers”, la fuerza del consumismo desatado con la introducción del crédito en plástico, y el nuevo conocimiento y las alternativas laborales surgidas del inicio de la rápida evolución de las tecnologías de información hacen de los X un perfecto complemento para nosotros, los “Baby Boomers”.

La Generación Y, estimulada por su acceso a la tecnología y la evolución del estilo de vida resultante, está compuesta por individuos que exigen vinculación, que buscan una vida laboral balanceada, que no titubean en probar cosas nuevas, desde empleos hasta parejas y relaciones personales. Ellos son los autores de las redes sociales y el internet. Valoran los desafíos morales, intelectuales, filosóficos, laborales y físicos.

La Generación Z representa a quienes tienen su génesis en la tecnología. Su vida esta en las redes sociales. Tienen apego a nada. Seguramente están ya trabajando en el desarrollo de las tecnologías que mantendrán el ritmo en medio del vertiginoso cambio político, económico y social en que ya vivimos. Se estimulan muy rápido, y se decepcionan igual de rápido. Cohabitan en mundo virtuales tanto como en mundos reales. Ya no se sorprenden con nada.

Estas reflexiones sobre las generaciones, de cara al mundo y al contexto de hoy, nos sirven a los directivos para tratar de configurar, entender y activas los ambientes de trabajo “the day after”.

La gestión del ambiente laboral, desde los espacios, hasta las acciones de comunicación conforman unos de los grandes retos del momento en el que lo único seguro es que nada será como antes

La sabiduría en la administración del talento, en la optimización de sus fortalezas, en conocer y atenuar el impacto de sus fragilidades, en el empleo de los assets combinados de experiencia y empuje, en la capitalización de los atributos de cada generación en los equipos de trabajo, en la mezcla de compromiso e innovación, y en el reforzamiento del sentido de pertenencia y de responsabilidad, radica el éxito futuro de las empresas.

La nueva normalidad requiere de un fuerte compromiso con el cambio. La paciencia de los “Baby Boomers”, la actitud de reto de la Generación X, la ambición de la Generación Y, y el dinamismo y sentido de innovación de la Generación Z son la combinación perfecta para perfilar el balance en los equipos de trabajo que emergerán de la pandemia, y que configurarán a las empresas que transiten con éxito hacia la nueva normalidad.