Prevención del suicidio y sus señales de alerta.
El cuadernillo de PRONAPS brinda una guía para quienes atraviesan situaciones complicadas o de emergencia, en las que parece no haber salida, apoyo o solución a los problemas. Es común sentir que pedir ayuda puede ser difícil o que la confianza para hacerlo es limitada.
Cómo prevenir el suicidio:
Reconocé tus emociones: Aceptá que estás atravesando un momento complicado. Es normal sentirte así y no deberías juzgarte por ello. Recordá que está bien buscar ayuda y que este estado emocional es temporal.
Identificá tu red de apoyo: Pensá en las personas de confianza, ya sean amigos, familiares, compañeros de trabajo o de la escuela. Reconocé quiénes podrían estar dispuestos a escucharte y ofrecerte su apoyo.
Elegí el momento adecuado: Buscá un espacio tranquilo y privado para compartir tus sentimientos, ya sea en persona, por teléfono o incluso mediante un mensaje si eso te resulta más cómodo.
Sé sincero(a) y claro(a): Expresá honestamente cómo te sentís. Hablá de manera directa para que la persona entienda tu situación emocional.
Usá declaraciones en primera persona: Al expresar tus emociones, utilizá frases como “Yo me siento…” en lugar de culpar o señalar a los demás, para evitar malentendidos y generar empatía.
Buscá soluciones juntos(as): Al compartir tus sentimientos, podrían surgir ideas sobre cómo manejar la situación. Exploren juntos opciones y posibles soluciones.
Consultá a un profesional: Si necesitás más apoyo, considerá buscar ayuda de un profesional en salud mental, quienes tienen las herramientas y estrategias necesarias para enfrentar estas situaciones.
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Tené paciencia contigo mismo(a): Pedir ayuda es un proceso que puede llevar tiempo. Si no te sentís preparado(a) para hablar, está bien. Avanzá a tu propio ritmo y buscá apoyo cuando estés listo(a).
Reconocé tu valentía: El simple hecho de pedir ayuda es un signo de valentía y cuidado personal. Cada paso que des en la búsqueda de apoyo es un paso hacia la recuperación y la fortaleza.
Señales de alerta:
La Organización Panamericana de la Salud define los factores de riesgo como señales que indican que una persona podría estar en mayor riesgo de suicidio, aunque no necesariamente reflejan un peligro inmediato.
Por otro lado, las señales de alerta son comportamientos o acciones que sugieren un riesgo inminente de autolesión o suicidio. Estos comportamientos suelen aparecer de manera repentina y representan un cambio notable en la rutina o vida cotidiana de la persona:
PRONAMPS sugiere tres pasos clave cuando se detectan estas señales de alerta: