¿Producciones cinematográficas y espectáculos, o innovación? El dilema del incentivo fiscal en España
Recientemente, El Confidencial publicó una noticia que debería alegrar al sector de la producción cinematográfica en nuestro país:”Se busca productora de cine para comprar deducciones fiscales, paga Hacienda”. A primera vista, esto parece una excelente noticia. Sin embargo, para quienes trabajamos en la financiación de proyectos de innovación, este titular plantea una reflexión crítica sobre las prioridades de inversión privada en España y el impacto que esto tiene en nuestro desarrollo como sociedad.
El problema no está en apoyar al cine y las series, actividades esenciales para nuestra cultura e identidad. El verdadero desafío radica en el coste de oportunidad que esta decisión implica, especialmente cuando hay proyectos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) que no logran la financiación necesaria para materializarse.
La oportunidad perdida de la innovación
En España, la financiación de proyectos de I+D+i enfrenta barreras estructurales. Una de las principales es la falta de conocimiento y confianza en los incentivos fiscales que existen para este tipo de inversiones. Muchos asesores fiscales no comprenden bien las complejidades del tax lease de I+D+i y desaconsejan a sus clientes invertir en estos proyectos. Esto genera un efecto dominó: empresas innovadoras, con soluciones que podrían transformar sectores como la salud, la sostenibilidad o la defensa, se quedan sin recursos para avanzar.
Por otro lado, no podemos ignorar que las estructuradoras también tienen su cuota de responsabilidad. Durante años, algunas de ellas han usado y abusado de la financiación privada de proyectos de I+D+i porque la rentabilidad es superior al 20%, y ha habido quien se ha lucrado a expensas de las empresas y de los inversores. Este comportamiento ha generado desconfianza en el ecosistema y ha desincentivado la participación de nuevos inversores.
Reflexión para el 2025: Decisiones con impacto
La inversión privada tiene el poder de transformar sociedades. Cada decisión de inversión –ya sea en cultura o en innovación– tiene un impacto directo en el desarrollo de nuestro país. En 2024, seguimos perdiendo oportunidades como sociedad al priorizar proyectos de menor impacto estratégico sobre aquellos que podrían posicionar a España como un referente en tecnología e innovación.
Es hora de que las personas físicas y jurídicas que cuentan con beneficios y liquidez reflexionen sobre el coste de oportunidad que implica ignorar la I+D+i. ¿Qué tipo de país queremos construir? ¿Uno que produzca más películas, pero que dependa tecnológicamente del exterior, o uno capaz de liderar avances en salud, sostenibilidad o exploración espacial?
El mundo avanza rápidamente, y el riesgo de quedarnos atrás es real. Ojalá en 2025 empecemos a cambiar nuestra forma de invertir y prioricemos aquello que puede marcar la diferencia para las próximas generaciones. Porque, aunque el cine puede inspirarnos, las soluciones innovadoras son las que realmente nos salvarán.
Angeles Amado del Palacio
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Partner at FINESE
1 semanaExcelentes e inapelables reflexiones… Enhorabuena Ángeles!
Founding Partner & CEO at KEEPINTAX
1 semanaEstupenda reflexión, querida Ángeles.