Productividad al estilo home office

Trabajar desde casa, ya sea como freelancer o en formato home office puede significar un desafío para quienes nunca lo han hecho y aún para quienes hace varios años que lo vienen implementando y no logran deshacerse de algunos vicios que pueden afectar nuestra productividad. ¿Cuál es el secreto?

De la mano de Valmer Vale, coach integral sistémico, emprendedor nato, disertante y un excelente colega, quien me dio algunos consejos sobre productividad, decidí adaptar sus conocimientos para quienes ofrecen servicios profesionales de traducción, muchas veces, en pijama y desde la comodidad de nuestras salas o comedores.

• ¿Trabajás en pijama? No es una buena idea. El primer consejo fue “levantate y cambiate”. Nuestra mente necesita una pequeña ayudita para entender que el momento de descanso terminó, y el momento de trabajar comenzó. Personalmente, arreglarme, peinarme y, a veces, hasta maquillarme, me ayuda a levantar el autoestima y el ánimo.
• Tomate en serio. No es momento de limpiar la casa. Muchas veces, por estar en casa, nos asignamos (o nos asignan) tareas del hogar porque “ya que estamos en casa”... Es importante que, primero, respetemos nosotros mismos nuestros horarios de trabajo para después transmitir ese respeto a los demás miembros de la familia.
• Concentración, concentración, concentración. Muchos se sorprenden de mi capacidad de olvidarme de lo que me rodea cuando trabajo y de las cosas que puedo lograr en un día muy productivo. Hasta me han preguntado si tengo el giratiempo de Hermione. Mi primer secreto es aplicar la técnica Pomodoro, un método de trabajo por períodos cortos de tiempo con descansos que me ayuda a mantenerme sentada en la silla. Los descansos son tan importantes como los períodos de trabajo. El segundo secreto, que surgió de un consejo de Valmer, es aprender a decir “no”. Prueben decir “no” (literalmente) a las distracciones. Es tan simple como efectivo.
• La comodidad es clave. Quien estuvo en el ENT2019 y escuchó a Agustina Bellino, ya conoce este consejo. Un espacio exclusivo (o, por lo menos, lejos de la heladera), una buena iluminación, un escritorio ordenado y una silla cómoda son primordiales. Si uno está cómodo, no pierde tiempo cambiando de posición, no se distrae con dolores y cuida la salud. Al final, son muchas horas sentados y, muchas veces, en la misma posición.
• ¿Qué tenía que hacer? Tener una lista de tareas para hacer durante el día es esencial. Levantarse y saber que ya está definido lo que haremos en el día brinda libertad a nuestra mente para que podamos concentrarnos en lo importante y nos da un motivo para salir de la cama. Valmer también agregó la importancia de que las actividades no tengan un cronograma rígido porque eso las convierte de importantes a urgentes, y puede no funcionar. Una simple lista de cosas para cumplir en las siguientes 8 horas; una tarea por vez, y cuando comienzo una tarea, la termino.

Apliquemos un cambio por día. Mañana nos sacamos el pijama. Pasado, ordenamos el escritorio, y al día siguiente, ya empezamos el día con la lista armada. ¿Qué tal?