Programa de desarrollo del liderazgo y habilidades directivas:

Hace algunos años que vengo dándole vueltas a la pregunta ¿qué es lo que no me permite ser un gran líder? Es una pregunta que muchos líderes se formulan de diversas maneras cuando ven que su liderazgo no alcanza a satisfacer las necesidades de su equipo y de su empresa…y, también, de las personas que en su vida personal se encuentran en su entorno más próximo.

Los que me seguís y habéis leído mis artículos anteriores, sabéis que he enfocado este tema desde distintos ángulos, como ser las competencias entre otros e inclusive las patologías. Con el correr de los años y de lo que he ido aprendiendo a través del contacto con clientes y colegas, he desarrollado un “Programa” de desarrollo del liderazgo y habilidades directivas para CEOs y directivos altos y medio-altos (los que están en línea de sucesión o en carrera para convertirse en “primeras espadas”), que ha resultado muy, práctico, satisfactorio y útil, tanto para los directivos, como para el CEO y la empresa.

Las transformaciones observadas han sido notables y siempre, siempre, el éxito del programa ha pivotado sobre la actitud y decisión del participante (“coachee”).

El programa no tiene misterios, como un plato de comida la “clave” está en los ingredientes y en cómo van mezclados.

Siempre ofrezco tres tipos de evaluaciones, en diálogo con el cliente, como punto de partida, y escogemos una y a veces, dos. Son diagnósticos a tres niveles: de personalidad, de comportamiento y de impacto en el entorno. Son formas de mirar a la persona desde distintos ángulos y con el mismo objetivo: mostrarle al cliente una “foto” de quién es y cómo está. ¿Para qué? Para que tome consciencia de lo que no ve y de lo que sí ve y que se decida a completar el panorama para tener una visión ajustada a la realidad sobre sí mismo y sobre cómo puede mejorar sus relaciones interpersonales.

El objetivo, desde el punto de vista de la empresa, es dar una oportunidad a sus directivos para que mejoren su liderazgo y encuentren el camino de la plenitud y la felicidad en lo que hacen. Siempre hablamos de transformación, porque sin ella, no se podría encontrar ese camino, por lo tanto, siempre se llega a un punto donde la persona, en este caso el directivo, incluido el CEO, deben tomar una decisión de cambio que no es otra cosa que emprender un camino de transformación.

El camino es lo importante y el sentido de “plenitud” está en el camino y lo que implica el proceso de transformación. Nunca se produce “en soledad”, si no en compañía, interactuando con las personas del entorno, compartiendo y dejándose ayudar. No hay dos procesos iguales, cada persona tiene su propio camino y trae consigo su propia historia. Cada ser humano es único e irrepetible y el coach debe trabajar desde la humildad y la apertura para poder “conectar” con la persona y acompañarla desde donde está y hacia donde decide ir.

En general, los resultados son muy buenos. Hay quienes se refuerzan en su lugar y salen adelante superando los desafíos y bloqueos a los que se enfrentaban; otros, deciden tomar un nuevo camino habiendo descubierto que el “lugar” donde están no es donde quieren estar; también, en ocasiones, remotas, te encuentras con personas “encantadas de conocerse” y que no ven el objeto del programa, y, por lo tanto, lo dejan o deciden quedarse con el diagnóstico y poco más.

El coaching directivo, en este formato: dos sesiones de diagnóstico y 8 sesiones de coaching, suele funcionar muy bien para “habilitar” a los altos cargos de una empresa. Les ayuda en lo profesional y también en lo personal. El paso lógico a seguir, después del programa de coaching individual, es el coaching del equipo directivo, que tiene dos objetivos básicos: el primero, traer a la superficie de forma explícita los conflictos y relaciones tóxicas que entorpecen el funcionamiento del equipo y, el segundo, mejorar las relaciones interpersonales mediante un trabajo colaborativo en profundidad de la confianza, la armonía artificial que no permite resolver los conflictos, la falta de compromiso al existir objetivos y agendas paralelas, la falta de  responsabilidad que reduce los estándares de calidad y la atención al logro/resultados del equipo y de la empresa por encima de los propios.

Reformulando la pregunta nos preguntamos: ¿Qué es lo que me permite ser un gran líder? Es emprender este camino de transformación, partiendo e la toma de consciencia de quién soy realmente, cómo están mis competencias como líder y qué tengo que hacer para vivir una vida profesional plena y contribuir a que las personas de mi entorno hagan lo mismo. Una vez logrado este nivel de “madurez”, podemos hablar de un Plan de Acción y un “camino de transformación”. En realidad estamos hablando de cambiar la monotonía de una vida profesional sacrificada por una aventura donde el directivo va alcanzando cotas más elevadas de felicidad al ir descubriendo y encontrando el verdadero y profundo sentido de lo que hace profesionalmente y cómo aporta valor a su entorno y a la sociedad en su conjunto.

He encontrado el sentido a lo que hago ayudando y acompañando a tantos directivos a emprender “su camino de transformación” hacia un liderazgo en plenitud. Ayudando y acompañando a altos cargos y a equipos directivos (comités de dirección) he logrado hallar el propósito en lo que hago como coach, facilitador, formador y consultor de la alta dirección.

Si quieres conversar conmigo, no dudes en ponerte en contacto para programar una video llamada:  info@aslancs.com

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