Project management ¿Necesidad o tendencia?

Mucho se ha hablado a lo largo de los últimos años sobre los beneficios del rol de “Project Manager” en una empresa, pero si hasta hace poco no existía como tal y hemos funcionado bien ¿Realmente, qué lo hace tan necesario ahora?

Hace unos meses, decidí adentrarme y especializarme en esta disciplina y es una pregunta que me hago a diario, para tener una respuesta que me permita seguir investigando y creciendo dentro de este campo. Sin embargo, antes de ponerme a reflexionar sobre esta pregunta, creo que hay que ir al origen  (como suele ocurrir con todo) sobre que entendemos por un “proyecto”. Esa maravillosa palabra, que a todos nos encanta usar para sentir que las acciones que hacemos día a día forman parte de algo más grande, que tienen un objetivo final y que van a generar un impacto en nuestra vida o en la de otras personas. Pues realmente la definición más teórica establece en líneas generales, que no es más que un esfuerzo temporal con un inicio y un fin, con el objetivo de lograr un resultado único. 

Dicho esto, es cierto, todos llevamos gestionando proyectos toda la vida, estudiar una carrera, organizar un viaje, casarnos, comprar un coche, organizar una fiesta, de hecho algunos serán proyectos más complejos y con más responsabilidad que muchos de los que nos podamos encontrar dentro de las paredes de una oficina. 

¿Y entonces, qué ha cambiado? Los más técnicos te dirán que existe un nuevo contexto empresarial con distintos paradigmas y retos a los que las empresas a través de sus proyectos y conocimiento, deben enfrentarse, implementando nuevas tareas, nuevos roles, re definiendo sus objetivos y mapas de ruta, pero ¿Esto qué significa realmente? 

Desde mi perspectiva, algunos de los principales cambios que han motivado esta necesidad, son los siguientes;

-Históricamente, pocas veces se cumple en un proyecto lo que se ha presupuestado con lo ejecutado finalmente, pero tras la crisis económica que se vio reflejada en la inversión y salud financiera de muchas empresas y organizaciones, ha cobrado especial relevancia el hecho de que exista una persona responsable de utilizar los distintos recursos existentes de la manera más eficiente posible.

-Equipos grandes, con perfiles multidisciplinares y diferentes maneras de trabajar, hacen que sea imprescindible tener personas en el equipo que tengan la capacidad de servir y sacar lo mejor del resto, de una manera totalmente desinteresada y como su tarea principal.

-Si hablamos del famoso contexto VUCA (Volatility, Uncertatinty, Complexity, Ambiguity) en el que nos encontramos, parece que tiene mucho sentido promover una estandarización metodológica para esta disciplina, que logre que dentro de cualquier sector o situación, existan perfiles capacitados para liderar y sacar adelante de manera ágil, proyectos con mucha incertidumbre en entornos complejos. 

-Una consecuencia del punto anterior comentado, es que todo debe de estar hecho para ayer, porque puede que hoy haya cambiado algo o pidan cosas nuevas, por lo que es necesario disminuir la burocracia que rodea a la toma de decisiones o aprobación de cambios dentro del proyecto e incrementar así la velocidad de actuación.

-Al hilo de lo expuesto al inicio del artículo, precisamente porque tenemos más conocimiento del que nos creemos, resulta una gran ventaja el aprovechamiento y profesionalización de nuestra propia experiencia en este campo. 

Después de analizar estos aspectos, sí parece interesante pensar que la gestión de proyectos es algo a lo que debe ponérsele nombre, objetivos y responsables específicos, hoy en día. Hacer de esta disciplina una propuesta de valor necesaria para los clientes y para los objetivos de la compañía, puede llegar a convertirse en un elemento diferenciador frente a la competencia. Siempre sin olvidar, que se trata de un rol en continua evolución y que va a tener que ir adaptándose a los cambios en las metodologías de trabajo y en el mundo laboral, que se produzcan en los próximos años.