¿Proveedor o Aliado Estratégico?

En toda sociedad o gremio cada integrante que la conforma asume un rol específico y funciones definidas que permiten que otros cumplan con sus tareas de manera correcta, a este proceso de colaboración coordinada se le puede atribuir el término “sinergia”; en términos reales la suma de los talentos, capacidades, experiencia de unos aporta al cumplimiento integral de un proceso más grande donde todos, en teoría, salimos beneficiados.

Se complementa también el rol oficial que desempeña cada participante de un PROCESO GENERAL más complejo, normado y acotado; en este punto la mayoría de las organizaciones optan por la contratación de proveedores o bien Aliados Estratégicos y hay una clara diferencia entre ambos; un proveedor es una figura que suministra bienes o servicios a una cadena productiva para que el proceso continúe, un aliado estratégico, por el contrario, es una figura de colaboración que trabaja en conjunto con el contratante con el firme propósito de lograr objetivos específicos, donde a su vez se comparten recursos, conocimientos y soluciones concretas en procesos críticos participando a su vez en la planeación estratégica y en este punto también se convierte en una “extensión” del contratante asumiendo entre otros, sus lineamientos de operación y código de ética.

Hablemos de Avalúos

Las unidades de valuación, desde su origen y de acuerdo con lo que establece la Ley de Transparencia y Fomento a la Competencia en el Crédito Garantizado son entidades autorizadas y reguladas por Sociedad Hipotecaria Federal, S.N.C. que participan en un MACRO PROCESO DE OTORGAMIENTO DE CRÉDITO;  no compete a estas el determinar la viabilidad de los créditos ni definir los criterios técnicos de aceptación de las entidades de fomento o instituciones de crédito, pero si evaluar estas condiciones para los inmuebles bajo las reglas, lineamientos y procedimientos específicos que éstas determinan; dicha responsabilidad cae directamente en el VALUADOR PROFESIONAL, otra figura reconocida por la misma Ley* y que se alinea a la figura de Aliado estratégico de las Unidades de Valuación.

 El valuador profesional no es empleado de la unidad, así como tampoco las unidades de valuación son proveedores de las Entidades de Fomento o Instituciones de Crédito y se debe reconocer el alcance y valor de éstos tanto personal como profesional. Si tenemos perfectamente claro nuestro valor como personas y profesionistas, nuestras responsabilidades, en que etapa del proceso participamos, la preparación, la experiencia y las capacidades, el lugar donde aportemos estos elementos por lógica debería brindar una estructura donde cada elemento se genere un sentido de pertenencia y así colaborar armónicamente en un proceso de alto valor, a esta virtud es importante agregar también la transparencia, y por supuesto, la ética profesional. 

Han pasado algunos años ya desde que estas figuras vieron la luz y se incorporaron de manera oficial al macro proceso de otorgamiento de crédito y como todo proceso evolutivo, que claramente ha cambiado desde ese entonces necesita renovarse; desde mi perspectiva considero necesario un replanteamiento y revisión de los alcances que cada una tiene, el nivel de responsabilidad, sus obligaciones, alcances, prohibiciones y las posibles consecuencias de ambas por las malas prácticas, omisiones o negligencias, también es cuestión de principios y formación. Actualmente contamos con una cantidad importante de herramientas tecnológicas, procesos normados y sistemas auditados que facilitan la labora del valuador, pero no se debe perder el sentido humano y el nivel de alcance que cada una de estas figuras tiene, en resumen, cada cosa en su lugar.