Proyecto para mejorar el aprendizaje autónomo.

Aprender idiomas en tiempos de COVID.

“Cualquiera que para de aprender se hace viejo, tanto si tiene 20 como 80 años. Cualquiera que sigue aprendiendo permanece joven. Esta es la grandeza de la vida.” — Henry Ford.

Durante este estado de alarma, muchos nos hemos encontrado encerrados en casa, sin trabajo y habiendo concluido ya nuestros estudios. Además, debido a la situación actual, nos encontramos con que el mundo se encuentra paralizado, especialmente el mercado laboral, en vista de una muy probable recesión económica.

En la búsqueda de un propósito, un objetivo con el que llenar los días y aumentar nuestra productividad, y conociendo la importancia de la formación tanto intelectual como profesional a día de hoy, muchos optamos por aprender por nuestra cuenta. 

Actualmente, es posible conseguir información sobre casi cualquier tema desde el salón de nuestra casa, por lo que la opción del autoaprendizaje es perfectamente válida para cualquier persona que disponga de conexión a internet. El problema actual deriva precisamente en la sobrecarga informativa a la que estamos expuestos, ya que, a menudo, representa un obstáculo a la hora de ampliar o afianzar nuestros conocimientos de forma autodidacta, siendo necesario un proceso de filtrado y clasificación previo, extrayendo la información relevante. Es precisamente esta abrumadora cantidad de información la que, en muchas ocasiones, provoca el abandono del estudio de un tema, si no se cuenta con la suficiente motivación o dedicación al mismo.

Es el caso que suele ocurrir cuando se quiere aprender un idioma nuevo. Resulta bastante habitual que antes de viajar a un país, si se tiene un cierto interés o facilidad, se busque aprender un mínimo de su lenguaje, tanto para poder manejarse en el entorno con mayor soltura como por curiosidad por la cultura que se va a visitar. En la mayoría de casos, estos aprendizajes son totalmente autónomos, no se realizan por medio de un profesor o una academia, se desarrollan a través de diferentes materiales, ya sean aplicaciones, libros con expresiones comunes o audios, con los que se practica.

Así pues, tanto Domingo Sampedro como yo, decidimos retomar los estudios de idiomas diferentes con el tiempo del que contábamos en esta cuarentena. Estudiar una lengua no consiste sólo en aprender a hablarla o escribirla, el lenguaje de una región representa mucho más que las palabras que se utilizan para comunicarse, son la historia, el simbolismo y la cultura de las personas que la habitan.

Aunque los idiomas que estamos estudiando no son los mismos, sí que sabemos qué es aprender de forma autodidacta un nuevo idioma, los altibajos que se tienen durante el tiempo que estás aprendiendo y las complicaciones que pueden surgir para mantener el interés. Por otra parte, tenemos algo más en común, la ingeniería, siendo una de las principales inquietudes de ambos la programación o el desarrollo de software. Es por ello que empezamos a implementar una herramienta que pudiera ayudarnos a ambos en el estudio de diferentes idiomas, teniendo un énfasis especial en las autoevaluaciones.

De esta forma, continuaremos publicando las novedades sobre este proyecto de forma compartida en la página de LinkedIn de Domingo y en la mía. Esperamos que pueda ser útil e interesante para todos vosotros.