Pruebas Funcionales. Automatizar o no Automatizar, Como evolucionamos Parte 1. Una opinión Personal.

El avance de la tecnología ha permitido la incorporación de procesos automatizados en las empresas, lo que ha generado el desarrollo de software capaz de optimizar los proyectos corporativos en diversos sectores. Esto se logra mediante programas de gestión, aplicaciones digitales, herramientas de desarrollo y otros elementos que contienen gran cantidad de datos y pasos para ejecutar funciones seguras, ágiles y de calidad. Gracias a esta evolución, las empresas pueden contar con servicios más amplios y efectivos.

El proceso de desarrollo de software implica una etapa crítica: las pruebas funcionales, las cuales se encargan de evaluar si el sistema o la aplicación cumplen con los requisitos y expectativas funcionales establecidos. Estas pruebas son fundamentales para asegurar la calidad y el correcto funcionamiento del software antes de su lanzamiento o implementación.

Las pruebas funcionales se realizan en diferentes etapas del ciclo de vida del desarrollo de software, como pruebas de unidad, pruebas de integración, pruebas de sistema y pruebas de aceptación. Para evaluar diferentes aspectos del software se utilizan diversas técnicas, como pruebas de caja negra, pruebas de caja blanca, pruebas de regresión, entre otras.

El momento específico para llevar a cabo estas pruebas depende de la metodología de desarrollo de software utilizada y las necesidades del proyecto. Se comienza por los requisitos funcionales, que son las especificaciones de lo que el software debe hacer, y se estructuran en escenarios o situaciones específicas diseñadas para probar una funcionalidad particular del software. Estos escenarios se denominan "casos de prueba" y describen los pasos y datos necesarios para ejecutar una prueba.

A continuación, se crea un "plan de prueba" que describe el enfoque general para realizar las pruebas funcionales, incluyendo información sobre los objetivos, recursos necesarios, estrategia de pruebas y asignación de tiempo. Luego se ejecutan las pruebas, se registran los resultados y se documentan las incidencias o problemas encontrados.

Después de ejecutar los casos de prueba, se comparan los resultados obtenidos con los esperados. Si hay alguna discrepancia, se registra como un defecto o incidencia para su posterior corrección. Finalmente, se presenta un informe de pruebas que resume los resultados de las pruebas funcionales, donde se incluye información sobre los casos de prueba ejecutados, los resultados obtenidos, las incidencias encontradas y cualquier observación o recomendación relevante.

Es importante contar con una metodología propia para la ejecución de pruebas funcionales que se adapta al contexto particular de cada cliente y cubre la planeación, estimación, diseño y ejecución de este tipo de pruebas. Su ejecución puede ser manual o apoyada en herramientas de automatización.

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