PUNTO DE QUIEBRE
Son los muchos los investigadores sociales e intelectuales del comportamiento, que indican que estamos en un cambio de Era. Esto significa que después del estallido social y de la dura experiencia que ha tenido el mundo con el Covid-19 en todos los países, eso incluye a Chile, aparecerá un nuevo Ser Humano, alguien distinto, sensible con el otro, con el planeta, con los animales y con todos los elementos que le rodean. Los cambios se darán en la mayoría de los ámbitos; social, político, económico, religioso, laboral entre otros.
En el caso de la economía, y haciendo foco en las empresas, éstas deberán estar muy conectadas con sus entornos, no sólo persiguiendo indicadores financieros, sino que también indicadores del bienestar humano, tanto para clientes, colaboradores y la comunidad en la que se encuentra adscrita, no solo estará centrada en el valor financiero del accionista. Lo anterior se puede entender como una crítica encubierta, pero no es, ni será así, esto debido a que las personas y la sociedad tienen mayores expectativas y esperanzas de un mundo mejor en la empresa como institución social, antes que el estado, esto porque la ve y siente cercana, a través de ella logra alcanzar sus objetivos personales, laborales y profesionales. Además, el empresario estará conectado con las demandas de las personas y su rol tendrá un protagonismo de influencia social, no solo por dar trabajo como lo veían los antiguos hombres de empresas, sino por la responsabilidad que tendrá frente a la ciudadanía. Su labor será desarrollar una industria en constante proyección de futuro, que permitirá a todo su equipo desarrollarse más allá del puesto laboral, sino como un eje de evolución de la sociedad toda. Es decir estará conectado, cediéndole espacio a la creatividad para ir avanzando hacia la economía del conocimiento, en donde los equipos diversos y las ideas de sus integrantes tendrán mayor valor que la explotación del planeta.
En el caso de las asociaciones civiles y gremiales tendrán un accionar distinto, tendrán voz y serán activas en las propuestas del estado, esto estará dado por la invalidación de la clase política. Las comunidades y la sociedad no sienten representatividad en sus líderes políticos, y adicionalmente los califica con una alta ineficiencia, debido a que las demandas y necesidades que los grupos sociales esperan nunca llegan.
Hoy las personas son capaces de organizarse y presentar sus demandas sin la necesidad de la participación protagónica, como antaño, de los líderes políticos. Ese protagonismo de coordinación hoy es propio de la tecnología. Muchas voces, reclamos y solicitudes sociales serán escuchadas por las autoridades a través de la tecnología, el hombre de a pie se dio cuenta que el desarrollo tecnológico esta presente y es su aliado para resolver sus problemas, y además generar una evolución en la sociedad.
Otros estamentos sociales que también tendrán un gran cambio es el poder judicial e instituciones religiosas, tanto, representantes de la justicia terrenal y divina, aún viven en una burbuja desconectada de la sociedad, que trataré en otra publicación.