¿Qué es la firma digital y cómo usarla?
La sociedad está en constante cambio y obliga a las empresas a replantearse todos los procesos y herramientas que han utilizado hasta el momento. Adaptarse y aprovechar las oportunidades que brinda la digitalización es fundamental para no quedarse atrás y satisfacer las necesidades del cliente que ya no consume los productos ni los servicios de la misma manera. Ejemplo de esto sería la firma digital.
Seguro que en más de una ocasión has visto como la impresora de la oficina empieza a imprimir y parece que nunca vaya a acabar. Multitud de documentos y papeles por apilar y firmar. Por este motivo nos planteamos la siguiente pregunta: ¿por qué no firmar los documentos de forma digital y sin desplazamientos ni gasto innecesario de papel? Lo cierto es que muchas empresas del sector de la banca, la economía y el seguro han optado por la firma electrónica avanzada. Pero, ¿qué es exactamente?
¿Qué es una firma electrónica?
La última tecnología que ofrece una experiencia de compra a la altura de las expectativas del cliente digital es la firma electrónica. Es un proceso que identifica a una persona en la gestión y tramitación de documentos electrónicos. Permite que tanto emisor como receptor de un contenido puedan identificarse mutuamente y, entre otras cosas, evita que los documentos puedan ser alterados. Esto se consigue a través de los conocidos métodos criptográficos que aseguran su seguridad y autenticidad.
¿Qué tipos de firma digital hay?
Según el Reglamento Europeo de Firma Electrónica hay tres tipos de firma digital:
– Firma simple : Este tipo es el más vulnerable, ya que solo cuenta con un conjunto de datos en formato electrónico que sirven como medio de identificación. La única desventaja que presenta es que es muy difícil demostrar quien la utilizó. Por ejemplo, mediante el número pin cuando se realiza una transacción, un usuario y contraseña o el checkbox a través del cual aceptamos las políticas y condiciones de una determinada página web.
– Firma avanzada: Las ventajas de este tipo de firma son la inmediatez, velocidad y precisión. Si existiera la necesidad de verificar la autenticidad de la firma, un grafólogo puede analizarla a través de la biometría del trazo. Además, garantiza la integridad del documento firmado, ya que impide los cambios o alteraciones posteriores al momento de la firma. Sin embargo, estos dos tipos de firma no alcanzan a equipararse con la seguridad y la garantía que ofrece una firma manuscrita.
– Firma cualificada: Es el único tipo de firma que puede ser considerado como equivalente legal a la firma manuscrita. Solo puede ser emitida por una Autoridad de Certificación que comprueba la identidad del certificado. La firma cualificada debe utilizarse a través de un dispositivo de creación de firmas por lo que garantiza los niveles de seguridad necesarios para poseer el mismo valor jurídico que una firma manuscrita.
¿Es legal?
La firma cualificada es totalmente legal y con validez jurídica. Está sujeta a la normativa española y europea.
¿Se puede falsificar?
La firma digital es más difícil de falsificar que la manuscrita, porque es más fácil de rastrear si ha habido alteraciones en el certificado electrónico. No obstante, deben mantenerse una serie de precauciones. Algo tan sencillo como no dejar el certificado fuera de nuestro control, o protegerlo con una contraseña segura.
¿Nos beneficia usarla?
Totalmente. La firma digital permite automatizar los trámites legales, acceder de forma fácil y segura a información personal o agilizar los procesos de una organización. El proceso es íntegramente electrónico y lleva tanto a los usuarios como a las compañías a ahorrar tiempo, desplazamientos y costes.