¿Qué es primero, el huevo o la gallina? Sobre Marketing y Vino
¿Qué es primero, el huevo o la gallina? En esta eterna reflexión la respuesta es ambigua, porque sin uno no puede existir el otro. Pero si llevamos la reflexión al territorio del vino, se nos presenta una situación idéntica que, en cambio, tiene una respuesta clara: ¿Qué es primero, el vino o el mercado?
El vino es un producto tradicional, procede de la tierra, la cultura y los esfuerzos de quien lo elabora. A veces esfuerzos titánicos frente a aspectos como el clima y, últimamente, el cambio climático.
Muchas bodegas han nacido por pasión, más que por negocio. También por estilo de vida – nos apasiona hacer vino, y sobre todo beberlo y compartirlo con la familia y los amigos.
Pero cuando llega el momento de la venta, muchos bodegueros se lamentan: el producto no tiene la rotación que esperaban, no logran los mercados que querían, las tendencias de consumo son distantes al estilo de producto que ellos (o ellas) elaboran.
El Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV) detectó en 2018 un aumento considerable en el número de bodegas que ha habido en España: 280 más que el año anterior. En total, 4,373 bodegas con varias referencias de producto cada una de ellas. Sólo en España.
La competencia en el mercado es feroz. En Europa, las estadísticas de Eurostat de 2015 (Agriculture, forestry and fishery statistics) aseguraban que en total existen 3,2 millones de hectáreas de viñedo. En esta cifra no está incluida la producción para uva de mesa. Casi el 75% de estos viñedos se encuentran en Francia, Italia y España y el 82% de los productores elaboran vinos de calidad.
¿Qué otra industria con esta envergadura y elevada competencia en el mercado se puede permitir vivir sin marketing? Creo que ninguna, tampoco la del vino.
La calidad del producto no solamente se comunica en el vino en sí mismo. Obviamente si este no es de buena calidad, tendremos malos resultados en las ventas. Pero si partimos de la base de que la mayor parte de los vinos que se venden como vinos de calidad son buenos, ¿cómo nos diferenciamos de la competencia? ¿por qué el consumidor final debe elegir mi vino y no el de otra bodega?
Aquí es donde entra en juego el valor añadido, los atributos de la marca -emocionales y racionales- el estilo y tono de nuestra comunicación y la coherencia en las estrategias de distribución, producto, mercado y precio. No es suficiente con elaborar un vino excelente y ponerlo en el mercado al precio que hemos calculado que nos permite recuperar la inversión y obtener un beneficio.
Debemos trabajar en la marca de la bodega y del producto, en sus valores, en el perfil de cliente que queremos para nuestros vinos, y diseñar una estrategia clara de en qué mercados lo vamos a vender, a qué precio – comparado con la competencia- y con qué estrategia de comunicación.
Cualquier especialista (o estudiante) de marketing que lea esta opinión pensará que estoy hablando de obviedades. Y así es, pero en el sector del vino, en España y en todo el mundo, hay muchísimas empresas que descuidan sus estrategias de marketing y entregan todo su esfuerzo y esperanzas a la suerte de que “mi producto es mejor y el distribuidor, importador o cliente final, lo percibirá”.
Estamos dejando de lado no solamente los aspectos del marketing tradicional - DAFO, segmentación y target, valor añadido, etc. - sino también perdiendo la carrera de las nuevas tecnologías en el canal de distribución y comunicación. Temas como el Big Data o la Inteligencia Artificial todavía están lejos de aterrizar y conquistar la industria del vino.
¿Vamos tarde? ¿Qué opinas?
Liberado
6 añosSuscribo. Sobre todo el marketing del sentido común
Global Marketing & Communications Wine & Spirits | FMCG | Brand revamps | New Products innovation.
6 añosTotalmente de acuerdo. Un mercado tan fragmentado y con baja diferenciación percibida, con un consumidor confundido ante tanta oferta, necesita construir marcas. Lo que ocurre es que en el mundo del vino muchas veces mktg se ve como un gasto y no una inversión necesaria en la diferenciación y construcción del valor.
CEO Bodegues Sumarroca
6 añosGracias por el artículo Gloria. Apuntas a múltiples elementos de debate en él, en casi todo estoy muy de acuerdo, en otras difiero, pero es insignificante. Si acaso destacar que los jugadores de la industria que (y por desgracia son en mayoría en otros orígenes) sitúanos en el centro a quien debe finalmente elegir y disfrutar del producto, y tuvieran no sólo en su diccionario, sino en sus quehaceres al consumidor, lamentarían menos y disfrutarían más. Por cierto, las "bodegas que nacieron por pasión" (sea con camisa de cuadros o con pañuelo en la solapa) es un bonito posicionamiento, pero fueron mas bien poquitas, muchos campesinos avispados que vieron mayor margen en el vino que en las judías, otros cuantos "señores" que heredaron viñedos en lugar de patatales y emprendedores y empresarios (incluidos fondos de inversión) que encontraron un camino al sustento económico. Lo dicho, buen artículo. Por cierto, si al éxito le llamamos ventas, casos los hay y muchos de dudosa "calidad" y largo éxito.
Free lance Copywritting en Mi corazón en el mundo del vino
6 añosQué interesante suena ese articulo, me lo voy a leer ahora. Aunque la primer respuesta que me viene a la mente es NO ! El vino es una bebida antigua lo entiendo, pero HOY estamos en un momento de marketing. Y quién no se adapta al cambio y avanza, se queda muy atrás. Gracias Gloria Valles por compartir !
Técnico de Marketing - ESI Escuela Superior de Diseño
6 añosEl "efecto halo" es muy común en el gran consumo cuando un producto no se muestra bien diferenciado. Mantener la esencia de la tradición pensando ¿Y por qué no? es complicado, sí, pero no imposible. Muy interesante el planteamiento.