¿Qué esperar del trigo 2023/24?
Mientras los cultivos atraviesan distintas etapas de desarrollo en nuestro país y se perfilan los escenarios de rindes y producción, no hay que perder de vista la gran cantidad de aspectos que dan forma a una campaña muy particular.
Comenzando por el panorama internacional y precisamente por los precios, el nivel de los mismos exhibe un debilitamiento notable. En EE.UU., las cotizaciones se ubican alrededor de mínimos desde Diciembre 2020. Las cosechas del hemisferio norte acaban de ingresar en los principales países productores y exportadores. Rusia, acarrea importantes stocks del ciclo pasado y junto con el muy buen volumen de producción actual, domina el mercado exportador con precios muy competitivos. El resto de los orígenes, luchan contra tal condicionamiento.
Es difícil encontrar factores muy alcistas a la vista. El USDA en su último reporte mensual ajustó estimaciones de producción en algunos países como Australia, Canadá, Argentina, Unión Europea. Con menor oferta y una demanda que permanecería firme, implicaría una caída en la proyección de stocks finales para el mundo, que se ubicarían en 258,6 mill. tn. para el final de la campaña 2023/24, significando el nivel más bajo de los últimos 7 años. Esto no pareciera ser crítico para el mercado, si vemos que los precios descienden a niveles mínimos de 3 años en CBOT. La prima de riesgo por la guerra entre Rusia y Ucrania fue retirada en gran medida y si bien actualmente no hay un acuerdo formal para asegurar el flujo de embarques desde los puertos del Mar Negro, la mercadería desde Ucrania se las rebusca para salir por ríos y vía terrestre. Recientemente, hubo noticias de que buques graneleros pudieron cargar granos también. Si no vemos algún punto más elevado en el conflicto y una reversión en estos hechos, no pareciera ser una gran amenaza al momento.
En tanto, los ojos del mundo comienzan a mirar el devenir de las cosechas en el hemisferio sur. Las lluvias recibidas en los primeros días de septiembre, permitieron aliviar las condiciones de los cultivos y sostener proyecciones de rindes, principalmente en la región núcleo norte y sur, provincia de Buenos Aires, Entre Ríos y norte de Santa Fe. Aunque, varias regiones productivas no fueron beneficiadas de igual manera y atraviesan situaciones críticas de disponibilidad de agua. En la mayor parte de la provincia de Córdoba, norte de La Pampa, oeste de Buenos Aires y partes del centro de Santa Fe, la situación es delicada. En este contexto, la producción total a nivel país, estaría ubicándose en 15 mill. tn. según la última estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Respecto de la dinámica comercial, todo parece encaminarse a un ciclo muy atípico. El volumen de negocios de trigo nuevo, es muy bajo. Se llevan comercializadas cerca de 1,5 mill. tn. cuando el año pasado a esta altura había 5,2 mill. tn. Cabe destacar que el año pasado hubo un notable adelanto en Declaraciones Juradas de Venta al exterior. Había 8,8 mill. tn. de compromisos de exportaciones en aquel entonces, contra 0 (cero) actualmente. Además, el sector exportador tiene compradas unas 11,4 mill. tn. (2022/23), lo cual también permite que realice ventas al mercado interno a modo de asegurar el abastecimiento. Luego del desastre productivo del ciclo pasado y el decreto que permitió postergar embarques, hay que tener en cuenta que cierto volumen pendiente del presente ciclo, se realizará con la nueva cosecha.
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Al momento, los embarques realizados están en 2,75 mil. tn. y según la hoja de balance de la secretaría de agricultura, se exportarían 4,75 mill. tn. en la campaña 2022/23. De esta forma, habría que considerar que unas 4 mill. tn. quedarían pendientes y se exportarían con el ingreso de la nueva mercadería. Si se piensa una cosecha de 15 mill. tn., podría aplicarse el uso de la siguiente forma: el consumo interno estable, en 7 mill. tn., 4 mill tn. para cumplir embarques pendientes y otras 4 mill. tn. de exportaciones genuinas nuevas.
Un primer análisis, implica pensar en cómo están los precios actuales a cosecha y que podemos esperar de los mismos. La capacidad teórica de pago del sector exportador, permanece, en torno a 210 U$S. Las cotizaciones en Matba Dic-23, se ubican por encima, rondando los 233 U$S, en un mercado que no logra estimular ventas de los productores por la incertidumbre del volumen de producción final.
Otro punto, sería esperar a un repunte de los precios internacionales si se siguen deteriorando las cosechas de Argentina y Australia, con una demanda internacional activa y perspectiva de stocks menores. En el mismo sentido, una escalada en la tensión del conflicto bélico, podría operar de la misma forma, aunque pareciera ser un factor con cada vez menos potencial de impacto.
Por otra parte, no dejar de considerar que una vez consolidado el panorama productivo, el productor se largue a realizar ventas por necesidades financieras (muy lentas por ahora) y esto signifique un shock de ventas con efecto negativo en los precios. Las cartas están sobre la mesa.
Por Juan Manuel Uberti , analista de mercados.