¿QUÉ GASTOS SON DEDUCIBLES DE ISR?

Un gasto es entendido en términos fiscales como aquel desembolso necesario para la producción y conservación del negocio. Es así que, si nos referimos a una empresa que se dedica a la venta de productos, se entenderán como gastos indispensables aquellos costos de elaboración, transporte y comercialización de los productos que son llevados hasta el consumidor final.

Los gastos se vuelven importantes a la hora de determinar el Impuesto sobre la Renta a pagar, puesto que la base para aplicar dicho impuesto será el resultado de restar a los ingresos obtenidos, los gastos en los que se haya incurrido para mantener el negocio.  Así por ejemplo, si una empresa percibe en concepto de ingresos gravados la cantidad de $300,000 y los gastos deducibles suman la cantidad de $160,000, la base sobre la cual se aplicará el porcentaje o tasa del impuesto será $140,000.

Sin duda existe mucha incertidumbre a la hora de clasificar un gasto como deducible o no deducible, en virtud de los innumerables escenarios comerciales que una empresa puede llegar a enfrentar. Sin embargo, la característica esencial que debe acompañar a todo gasto que pretenda ser deducido es que sea necesario para obtener y mantener la fuente generadora de renta; es decir, con el gasto se debe procurar en alguna forma el incremento o la estabilidad de los ingresos gravados.

Frente a este mar de posibilidades, la misma ley determina cuáles son los gastos deducibles más comunes en los que incurren las empresas, siendo estos: los fletes (transporte), publicidad, energía eléctrica, teléfono, salarios, honorarios, comisiones, aguinaldos, viáticos y viajes estrictamente laborales de los empleados. Asimismo, el costo del arrendamiento del local y los gastos en concepto de reparaciones ordinarias que no impliquen una remodelación, entre muchos otros más.

Aparte de este requisito (la necesidad), otro de los requisitos que suele descuidarse, es el de documentar debidamente los gastos. Lo cual implica que los gastos se encuentren individualizados y respaldados por los documentos idóneos que permitan establecer su validez a través de cualquier medio probatorio.

Por lo tanto, pueden existir casos que a pesar de que el gasto sea deducible no se admita su deducción por no estar debidamente documentado.

Como hemos podido ver en este artículo, resulta fundamental prestar atención a los gastos que serán deducidos por un contribuyente, por cuanto si se deduce un gasto que no cumple con los parámetros requeridos, este puede ser objetado por la Administración Tributaria y traducirse en cuantiosas multas. Por el contrario, si no se deduce un gasto aún cuando este es deducible o este no se encuentra debidamente documentado, la empresa tendrá que pagar un mayor monto en concepto de Impuesto sobre la Renta.

Por lo que en uno u otro escenario, el mal manejo de la documentación de los gastos y su incorrecta clasificación traerá consigo consecuencias patrimoniales para tu negocio.