¿Qué pasaría si Internet colapsa para siempre?
Internet es mucho más que un conjunto de cables y servidores; es el tejido que conecta nuestras vidas. Actualmente, casi el 70% de la población mundial tiene acceso a esta red, que sustenta desde nuestras comunicaciones, hasta nuestras finanzas.
Desde que despertamos y revisamos nuestra mensajería instantánea y el correo electrónico, hasta pedir comida con una aplicación o servicios de transporte de personas; Internet está presente en casi todo lo que hacemos.
Imaginemos juntos un mundo donde no existe la conectividad global. Este ejercicio no solo es un juego mental; también nos ayuda a reflexionar sobre nuestra dependencia de la tecnología y como nos podríamos preparar para posibles contingencias.
Antes de entrar en cómo cambiaría nuestra vida, es importante entender qué podría desencadenar un colapso total de Internet. Entre las posibles causas se encuentran:
Si Internet colapsara de forma permanente, las consecuencias serían rápidas y profundas. el dinero digital dejaría de existir, así que tendríamos que decir adiós a las transferencias bancarias, pagos con tarjeta e incluso criptomonedas. Volveríamos al uso del efectivo, lo que generaría caos en una economía globalizada. Experimentaríamos una desconexión humana profunda por el silencio digital. Sin correo electrónico, sin redes sociales o sin mensajería instantánea, las comunicaciones volverían a los teléfonos fijos y el correo tradicional. La información tardaría días o semanas en llegar.
Todos los servicios esenciales e infraestructuras críticas en peligro, como hospitales, redes eléctricas y sistemas de transporte, dependen de Internet. Un colapso podría interrumpir estos servicios vitales, poniendo vidas en riesgo. Diríamos adiós a la información instantánea, así como suena; sin acceso a Internet, dependeríamos de bibliotecas y medios impresos para obtener conocimiento. Sería un retorno a un ritmo más lento en la distribución de información.
Experimentaríamos un resurgir de las economías locales, dado que la globalización se detendría abruptamente. Las comunidades tendrían que producir y consumir localmente, cambiando la estructura de los mercados. Sufriríamos una reconfiguración social, pues la falta de conectividad podría generar ansiedad, pero también fomentaría una mayor interacción cara a cara y un redescubrimiento de las redes sociales locales.
Pensemos en algo más… cuantas profesiones giran o dependen de la tecnología y del Internet? Cuantas empresas giran alrededor de la tecnología o de la Internet?
¿Cómo podríamos adaptarnos? En un mundo sin Internet, las soluciones analógicas serían nuestras mejores aliadas, como radios y telecomunicaciones locales, las redes comunitarias basadas en radio podrían sustituir sin duda una buena parte de las comunicaciones globales.
Regresaríamos a los medios tradicionales, como los periódicos, las revistas y los libros impresos que recuperarían su protagonismo como fuentes de información. Una autonomía comunitaria, que obligaría a las comunidades a trabajar juntas para garantizar el acceso a bienes y servicios básicos.
El colapso de Internet, aunque devastador, podría ser también una oportunidad para reevaluar nuestras prioridades y fortalecer nuestra resiliencia.
Este ejercicio hipotético, nos recuerda la extrema dependencia que tenemos de esta autopista global de la información, ademas de la importancia de diversificar nuestras herramientas y prepararnos para lo inesperado.
Si bien es cierto, una caída total e irrecuperable de este complejo ecosistema es poco probable, ¡Nunca subestimemos el valor de estar conectados, tampoco olvidemos que la creatividad humana siempre encuentra una forma de adaptarse y sobrevivir!
Jefe Informática CNPP
22 hI agree