¿Qué Se Considera Una Mercancía Peligrosa?
Las mercancías peligrosas son aquellas que, al ser transportadas, presentan un riesgo para la salud, la seguridad, la propiedad o el medio ambiente. Estas mercancías deben cumplir con una serie de normativas y requisitos específicos según el modo de transporte y el tipo de sustancia o artículo que se trate.
Todo lo que debe saber sobre transporte de mercancía peligrosa
Cuando se trata de mercancías peligrosas, la logística aduanera debe tener en cuenta las normas y regulaciones que aplican para cada país y cada modo de transporte (aéreo, marítimo o terrestre). Estas normas tienen como objetivo prevenir accidentes, daños o incidentes que puedan afectar a las personas, los bienes o el medio ambiente.
Para facilitar la identificación y el manejo de las mercancías peligrosas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció un sistema de clasificación internacional basado en los criterios de riesgo de cada sustancia o artículo. Este sistema se compone de nueve clases principales, cada una con sus subdivisiones y etiquetas correspondientes. Las clases son las siguientes:
– Clase 1: Materias y objetos explosivos. Son aquellos que pueden producir una reacción química violenta que desprende gases a alta temperatura o velocidad. Por ejemplo: fuegos artificiales, bombas, municiones, detonadores, etc.
– Clase 2: Gases. Son aquellos que se encuentran en estado gaseoso a una presión superior a 0.5 bar o que se licúan o disuelven bajo presión. Por ejemplo: oxígeno, helio, butano, amoníaco, cloro, etc.
– Clase 3: Líquidos inflamables. Son aquellos que tienen un punto de inflamación inferior a 60 °C o que emiten vapores inflamables a temperaturas superiores a 60 °C. Por ejemplo: gasolina, queroseno, alcohol, pinturas, barnices, etc.
– Clase 4: Sólidos inflamables. Son aquellos que pueden arder fácilmente o que pueden causar o contribuir a un incendio. Por ejemplo: fósforos, azufre, algodón impregnado, etc.
– Clase 5: Sustancias comburentes y peróxidos orgánicos. Son aquellas que pueden provocar o intensificar la combustión de otras sustancias. Por ejemplo: nitratos, cloratos, peróxidos de hidrógeno, etc.
– Clase 6: Sustancias tóxicas e infecciosas. Son aquellas que pueden causar daños graves o mortales a la salud humana o animal por inhalación, ingestión o contacto con la piel. Por ejemplo: cianuro, arsénico, mercurio, virus, bacterias, etc.
– Clase 7: Sustancias radiactivas. Son aquellas que emiten radiaciones ionizantes que pueden alterar la estructura molecular de los seres vivos o los materiales. Por ejemplo: uranio, plutonio, radioisótopos médicos e industriales, etc.
– Clase 8: Sustancias corrosivas. Son aquellas que pueden causar quemaduras graves o daños irreversibles a los tejidos vivos o a los materiales metálicos o no metálicos. Por ejemplo: ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, sosa cáustica, etc.
– Clase 9: Sustancias y objetos peligrosos diversos. Son aquellos que presentan algún tipo de riesgo para la salud, la seguridad o el medio ambiente que no está cubierto por las otras clases.
Por ejemplo: Compuesto de amoniaco sólido con un punto de inflamación inferior a 60 ºC, ditionito de escaso riesgo, líquido altamente volátil, materia que desprende vapores nocivos, materias que contienen alérgenos, los estuches de química y maletines de primeros auxilios, condensadores eléctricos de doble capa, asbesto o amianto y las mezclas que lo contengan, difenilos policlorados (PCB), terfenilos policlorados (PCT) y los difenilos y terfenilos polihalogenados, polímeros que contengan líquidos inflamables, pilas y baterías de litio, aparatos de salvamento y elementos de vehículos a motor, y sustancias potencialmente peligrosas para el medio ambiente acuático.
Cada clase se subdivide en grupos de embalaje según el nivel de peligro (I: alto, II: medio, III: bajo) y se identifica con un número de identificación de peligro (UN) y una etiqueta de color y forma distintivos.
Los vehículos que transportan mercancías peligrosas deben estar homologados y equipados con sistemas de seguridad específicos según la clase y cantidad de mercancía que transporten. Además, deben llevar dos paneles naranjas con números negros que indiquen el número UN y el código de peligro de la mercancía. Los conductores deben tener una formación especializada y un certificado de aptitud profesional (CAP) para poder transportar mercancías peligrosas.
Los embalajes de las mercancías peligrosas deben estar diseñados y fabricados según las normas técnicas que correspondan a cada clase y grupo de embalaje. Deben ser resistentes, estancos y compatibles con la mercancía que contienen. Además, deben llevar una etiqueta con el número UN, el nombre técnico y el símbolo de la clase de la mercancía.
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La documentación que debe acompañar al transporte de mercancías peligrosas es la siguiente:
– Carta de porte o documento de control que identifique al expedidor, al destinatario, al transportista y a la mercancía transportada.
– Instrucciones escritas para el conductor sobre las medidas a tomar en caso de accidente o emergencia.
– Certificado del vehículo que acredite su homologación para el transporte de mercancías peligrosas.
– Certificado del conductor que acredite su formación y aptitud para el transporte de mercancías peligrosas.
– Certificado del embalaje que acredite su conformidad con las normas técnicas aplicables.
– Certificado del seguro obligatorio del vehículo.
El transporte de mercancías peligrosas por carretera es una actividad compleja y delicada que requiere una planificación cuidadosa y el cumplimiento estricto de la normativa vigente. Por eso, es recomendable contar con una empresa especializada en logística internacional que ofrezca un servicio profesional y seguro para el traslado de este tipo de mercancías.
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